¿Locura o amor? Una mujer no quería perder al marido y guardó su cadáver en el congelador

Dicen que la realidad suele superar a la ficción y parece ser cierto porque el accionar de esta mujer ni Stephen King lo hubiera imaginado para alguna de sus películas. Es que casi como si se tratara de terror puro, ante la muerte de su marido decidió conservar el cadáver en casa resguardándolo en el freezer. Más llamativo aún fue que tomó medidas legales para poder conservarlo cuando todo se descubrió. 

Deseaba mantenerlo cerca fue el argumento que empleó Barbara Watters luego de que quedara viuda en 2018 y tuviera la escalofriante idea de conservar el cuerpo en el congelador. Pero más sorprendente es que en el momento en que la policía descubrió su secreto, decidió entrar en una batalla legal que le permitiera conservar el cuerpo de su difunto marido en su hogar puesto a que según expresó había sido sugerencia de él al enterarse que estaba enfermo. 

Al descubrirse esta escabrosa historia, Watters, de 68 años, fue arrestada a fines de 2019; en un primer momento se la acusó de haber abandonado el cadáver de su difunto esposo en un congelador, puesto a que el improvisado ataúd estaba en un dormitorio de su casa en Vermont Avenue en Joplin, Estado de Missouri. Pero el juez que se encargó de llevar la causa consideró otra teoría: Conservarlo y preservarlo cerca de ella. 

Tras las presentaciones legales que realizó la mujer contra la policía local ahora la ley deberá coordinar una de las tres opciones aceptadas: entierro, cremación o donación algo que claramente no comparte y expresó a los medios locales que: “No pueden exigir que mi esposo sea enterrado. No pueden exigir que sea incinerado y no pueden exigir que su cuerpo sea un regalo anatómico” y aseguró que seguirá peleando para que el cuerpo de su marido regrese a su casa, donde él quería descansar.

La enfermedad de su marido 

Paul Barton, de 71 años, era el esposo de Watters y padecía esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad del sistema nervioso que ataca a las células nerviosas que están en el cerebro y la médula espinal. Al enterarse de la gravedad de la patología que portaba habría expresado su deseo de permanecer en su hogar cuando la muerte lo llevara.