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Bolivianos prepotentes: una familia entera se coló ilegalmente y amenazaron de muerte a una médica salteña

Los había denunciado y ahora vive un infierno

Imagen ilustrativa
miércoles 22 de julio de 2020

SALTA (Redacción Voces CríticasUna médica salteña denunció a las autoridades que toda una familia de bolivianos había ingresado a la provincia de manera ilegal, a raíz de ello, la profesional de la salud recibió constantes amenazas y vive un calvario que parece interminable.

La médica salteña en cuestión había tenido comunicación con colegas de Bolivia, quienes le habían solicitado el traslado de la paciente identificada como Claudina Martínez. Ante esta situación, la profesional de la salud no dudó en dar advertencia sobre el arribo a las autoridades sanitarias y gubernamentales, pues era probable que junto a la paciente, toda la familia de bolivianos quisiera bular la seguridad e ingresar de manera clandestina.

La doctora sabía que los bolivianos provenían de la localidad de Tarija, una de las más golpeadas por la crisis desatada por la pandemia, pues según se supo en esa zona ya existe el contagio comunitario de coronavirus. Es por eso que se negó a recibirlos y dio el aviso de que llegarían, aunque sin saber que su vida se transformaría en un calvario.

Según se pudo saber, el infierno mismo comenzó los primeros días de mayo, luego de dar a conocer los datos de esta familia boliviana entre los miembros de la comunidad médica salteña, para advertirlos de que intentarían ser atendidos cueste lo que cueste, poniendo en riesgo la salud de todos.

A pesar de todos los esfuerzos por detenerlos, la familia finalmente llegó al territorio salteño y según trascendió llegaron a las tres de la mañana al hospital San Bernardo en autos sin patente. En el nosocomio les preguntaron sus nombres y se encendieron las alarmas, pero ya era tarde, se habían fugado.

Al otro día aparecieron en la clínica en donde atiende la médica salteña, quien se negó a dejar a la paciente en la calle y la atendió, aunque le prohibió el ingreso a los familiares, pues sabía que provenían de una zona roja de contagios de coronavirus. Allí fue cuando comenzó la agresión.

Alegremente dijeron que la iban a violar, que la iban a encontrar muerta, que tenían amigos en Gendarmería Nacional y que la iban a matar por haberles negado la atención, que se cuidara, que ya conocían su casa y su auto.

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