Se las ingenió: así hizo Diego Maradona para estar presente en la final por la Intercontinental que ganó Boca hace 20 años

Así como relacionamos Diego Maradona con Argentina, también lo hacemos con Boca Juniors, puesto a que siempre se supo que era el club de sus amores ese por el que era capaz de hacer lo impensado con tal de estar y acompañar a su equipo en las buenas y en las malas. Hace 20 años un día como hoy el Xeneixe conseguía uno de los logros más importantes de la historia del club: la Copa Intercontinental, pero una curiosa anécdota del Diego marcó este día. 

Corría el año 2000 cuando tras consagrarse en la Libertadores, el Xeneixe debía demostrar todo su potencial para quedarse con el torneo Intercontinental que se disputa en Japón. Y el Diego no quería perderse tremendo logro para el equipo que por ese entonces dirigía Carlos Bianchi. Pero había un problema: Japón no autorizaba su ingreso no solo por no tener visa en ese momento, sino también por que ya tenía en su historial una causa por consumo de drogas. 

Buscó la manera de lograr hasta último momento la autorización, es más fue el mismo Guillermo Coppola quien se encargó de tramitar todo lo necesario para que Maradona pudiera asistir a ese partido que sería uno de los más recordados por los hinchas de Boca Juniors. Pero la aprobación nunca llegó, Diego Maradona no iba a poder estar presente alentando a su equipo, a ese que acompañaba desde un primer momento. 

La estrategia 

Pero no se iba a dejar ganar por esta adversidad, no iba a permitir que nada lo privara de que Diego Maradona acompañara al plantel en el momento más importante que atravesaba el Xeneixe por esos tiempos. Es por ello que buscó una estratégica manera para estar, para acompañar y para poder compartir con ellos  y así lo hizo. De una manera distinta, desde la distancia si se quiere, estuvo presente en el logro. 

Pidió a quien era por ese entonces su incondicional esposa, Claudia Villafañe que le entregara una remera con su rostro a un ex compañero de selección para que la llevara a Japón y la usara ese día. El elegido no era otro que José Basualdo quien orgulloso aceptó el desafío y por supuesto cumplió con su palabra como con el deseo del Diez. "Traje al mostro" repitió en varias oportunidades mientras señalaba la remera que con orgullo llevó esa histórica mañana.