Última hora

VIERNES SANTO

Semana Santa: el efecto COVID-19 llegó a Jerusalén. ¡La Vía Dolorosa, desierta en Viernes Santo!

Todo es inusual en esta Semana Santa y Jerusalén no es la excepción. Una ciudad desierta, que no es cualquier ciudad: es aquella donde Cristo vivió sus últimos instantes en la tierra

La Vía Dolosa. Fuente: Twitter
viernes 10 de abril de 2020

MUNDO.- (Por Carolina Mena Saravia) Todo es inusual en esta Semana Santa y Jerusalén no es la excepción. Una ciudad desierta, que no es cualquier ciudad: es aquella donde Cristo vivió sus últimos instantes en la tierra.

El efecto COVID-19   tocó todo lugar del mundo. En esta Semana Santa, Jerusalén y la Vía Dolorosa, así como los lugares santos están desiertos. Atrás quedaron los vendedores ambulantes, los gritos y el constante devenir de turistas que sumado a los penetrantes aromas característicos de las comidas otorgaban una fisonomía particular al paisaje, casi como algo intrínseco a la ciudad.

No solo la prohibición de turistas incluye las medidas de confinamiento; en los últimos días se sumó el cierre de la Explanada de las Mezquitas, donde solo están permitidas las casas de ventas  de comida y elementos de primera necesidad.

Los habitantes no recuerdan nada parecido desde el toque de queda establecido durante la Guerra del Golfo en 1991. La Vía Dolorosa tampoco es la excepción al paisaje inusitado, sus escaleras parecen flotar ante la ausencia de pisadas y los animales domésticos callejeros también huyeron como por arte de magia. De tanto en tanto se suele ver alguno, desafiando el orden establecido por la pandemia. ¿Palomas? Algunas sí, están regocijadas ante la plenitud de volar a sus anchas como sucede en otros lugares del mundo con el sorpresivo retiro de los seres humanos de sus habituales lugares de circulación.

Hoy, Jesús cargará su cruz camino al Calvario, conocido como Gólgota o lugar del cráneo, en las proximidades de las murallas de Jerusalén, en la parte exterior de ellas más precisamente, en la más absoluta de las soledades; no habrá escupitajos, insultos, blasfemias, tirones de pelos, tampoco agresiones. Así como vivió sus últimas horas en la tierra, en la profundidad de sus dolores, hoy su crucifixión será también una evocación de aquellos a quienes la pandemia arrancó de nuestras vidas.  

 

SEGUÍ LEYENDO
Últimas noticias
MÁS LEÍDAS