Ni una menos: el colectivo transfeminista, las voces que siguen silenciadas

A cinco años del primer grito por Ni Una Menos, las marchas que en cada ocasión toman las calles de Argentina para reclamar un freno real a los femicidios, las estadísticas no hacen más que aumentar a cada día. En lo que va del año, 80 mujeres fueron asesinadas y más de la mitad falleció a manos de su pareja, la cuarentena por el coronavirus nos presentó un callejón sin salida donde el nuevo refugio y pozo, para las personas que sufren violencia de género. Pero ¿qué pasa con las invisibilizadas de siempre?

En este sentido, la marcha por la violencia machista se presenta cada año con una consigna clara: basta de matarnos. El colectivo feminista incluye a todas aquellas personas que sufren violencia de género sin importar su condición económica o identidad de género. Sin embargo, los travesticidios siguen ocurriendo y sus voces continúan calladas. En este sentido, la agencia Télam, entrevistó a Martina Pelinco, titular del hogar “Diversidad Trans-villera” para reflexionar sobre esto.

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La militante transfeminista recalcó la importancia de repensar los problemas dentro de un  contexto de bajos recursos y poco acceso a la información, como se vive en cada barrio argentino. En este sentido, reconoció que la lucha de Ni una menos libra batallas iguales pero en contextos distintos, pero no más importante. Mientras tanto, la activista feminista junto a sus compañeras de organización abren debates políticos donde se aprende e informa sobre derechos y libertades, información que no suele estar al alcance en estos contextos.

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Martina Pelinco puntualizó sobre la violencia e invisibilización que sigue sufriendo la comunidad trans, incluso dentro del colectivo feminista, en Argentina y el aislamiento social que se vive actualmente en el país por la pandemia. Aseguró que ellas y ellos más que nadie sabe lo que es vivir en cuarentena pues la inclusión, lamentablemente, no es moneda corriente solo por su identidad de género. La triste realidad que vive nuestro país arroja datos espeluznantes donde cada 30 horas matan a una mujer.

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Al situarnos en el contexto social que se vive, en medio de un encierro que ya está por llegar a su tercer mes, con las tasas de desempleo más bajas para las mujeres y la invisibilización de las identidades trans, la militante transfeminista declaró que el movimiento social de las mujeres debe abrir aún más su apertura militante y entender que “ser trans y villero” no implica quedar por fuera de estas luchas. Durante la jornada de hoy, el movimiento transfeminista se moviliza por las redes sociales.