Banco Macro: Una entidad que le pone un precio barato al ciudadano

SALTA (Por Franco Alvarado) En un tiempo donde las instituciones bancarias juegan un papel central en la vida económica de empresas y particulares, en Banco Macro pareciera ser que continúan pensando en que el lucro es el fin último por sobre cualquier medida o interés comunitario.

Si bien es cierto que el rédito económico es el eje central de la actividad de los bancos, no menos cierto es que sin los clientes sólo serían una bóveda de caudales. Un banco se nutre de la gente. Será quizás el hecho de que en el Macro saben que tienen cautivos a todos los empleados de la provincia y por esa razón las personas poco o nada importan, pero el hecho es que el manejo de la relación de ese banco con las personas dista bastante de ser por lo menos cordial.

Las quejas por los servicios se acumulan a diario porque mientras el dinero va desapareciendo del mundo físico y las operaciones de pago de impuestos, transferencias, sueldos, etcétera, se vuelven cada vez más virtuales, en horarios pico la página de Banca Internet del Macro “le pide disculpas por las molestias, inténtelo más tarde”, cuando “más tarde” para los clientes puede ser literalmente tarde.

Igual ocurre con los cajeros que no cuentan con la reposición de dinero que la demanda de usuarios exige, o bien, en estos días cuando se aglomeran las personas en busca de sus dineros –o al menos el que el Macro les deja sacar-, ocurre que los cajeros no tienen provisión de efectivo, algunos no funcionan u ocurren casos en que se corta la luz del local y pasan hasta 48 horas inhabilitados. Un extraño criterio de disposición de fondos ajenos maneja este banco que habilita operaciones por cantidades reducidas de efectivo y topes máximos, impidiendo así que el ciudadano disponga de su propio dinero por cajero. Si acaso alguien necesita retirar todo el importe de su sueldo, debe pagar el precio en tiempo de perder una mañana o dos, para hacerlo por ventanilla.

Para quienes hacer operaciones en dólares las molestias también ocurren ya que no se colocan billetes de la moneda norteamericana en los cajeros y cuando los hay, cuando se terminan no se reponen.

Aquí es donde se suma otro problema, el riesgo que supone asistir personalmente a un banco como el Macro donde en tiempos de pandemia la seguridad no es el valor más acaudalado. Mientras las grandes empresas se han organizado en turnos para proteger a su personal, en el Banco Macro se obliga a concurrir a todos a trabajar normalmente.

Los controles en las puertas se eternizan por la aplicación de una modalidad que sin embargo a la hora de demostrar su eficacia demostró su ineficacia cuando se filtró un individuo proveniente de la zona caliente de contagio –Orán- superó los controles e ingresó activando el protocolo. Esto, porque no se controla el DNI ni tampoco el domicilio de los aspirantes a ingresar a la entidad, como tampoco se toma la temperatura.

Todas estas irregularidades ya tuvieron su sanción cuando en el mes de abril pasado la Secretaría de Defensa del Consumidor dependiente del Ministerio de Gobierno de la provincia dictó una medida preventiva contra Banco Macro debido a las quejas de muchos usuarios, en especial que viven en el interior que se veían afectados por distintos fallos en la atención, principalmente –como se señalara anteriormente- por la falta de provisión de fondos y estado de funcionamiento de los cajeros.

Así, a la entidad bancaria se le ordenó reponer y proveer de dinero efectivo a todos los cajeros automáticos ubicados en la provincia garantizando su provisión a futuro y a comprometerse a prestar un buen servicio integral a los clientes, reparando los cajeros y manteniendo su Web en condiciones óptimas, en particular en aquellos lugares más alejados de la Capital de Salta.

Estas prácticas que van en perjuicio de los usuarios demuestran la conciencia monopólica de Banco Macro que por “tener la vaca atada” opera de manera que vulnera derechos reconocidos y garantizados por la Constitución Nacional, principalmente aquel derecho a la propiedad ya que maneja el dinero ajeno privando a los ciudadanos de su libre disposición, además de que violentar el principio del Artículo 16 de la misma CN, que consagra la igualdad y la equidad en el acceso a los bienes y servicios, siendo de todas las flagrancias que comete el Macro, aquella que atenta contra la salud y la seguridad de las personas, sin duda que la más grave.

Por Franco Alvarado, para Voces Críticas.