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EL RÍO BERMEJO Y SU POTENCIAL

Juan José Guaresti: “El río Bermejo es un tesoro, es un crimen no haber trabajado en su navegabilidad”

Es abogado, su especialización en derecho constitucional y en economía lo lleva a ser acérrimo defensor de las instituciones y del valor que tienen en la sociedad moderna

Juan José Guaresti

BUENOS AIRES (Por María Carolina Mena Saravia) El río Bermejo es fuente inagotable de estudio. La fascinación que ejerce se remonta a tiempos inmemoriales. Si bien es uno de los cauces de agua más importantes de la Cuenca del Plata, ocupa un lugar fundamental como accidente geográfico del Gran Chaco y es la frontera que separa las provincias de Chaco y Formosa. Comparten esta maravilla Bolivia y Argentina. La posibilidad de navegar en su tramo final de 100 kilómetros posibilita que sea una fuente económica para el noroeste argentino, ya que nace en las sierras de Santa Victoria y se pierde en el río Paraguay.

Valga esta introducción para centrarnos en un tema apasionante, que Juan José Guaresti, abogado especializado en economía y en derecho constitucional, nuestro entrevistado, domina con pasión. Sus raíces salteñas, lo llevaron a visitar en numerosas oportunidades la provincia, ya que es descendiente de la célebre patriota de la independencia Martina Silva de Gurruchaga, cuyos restos descansan en la iglesia catedral en el Panteón de las Glorias del Norte junto al general Martín Miguel de Güemes y a Carmen Puch de Güemes.

“Es un crimen no haber realizado el río Bermejo para Salta y Argentina, le daba salida al mar a Bolivia, hubiera sido un logro. Es un río loco, salvaje, le dicen porque puede llegar a tener 5.000 metros cúbicos de cauce y normalmente puede tener 20. Hubo navegación comercial, pero no prosperó porque, como cambiaron el cauce, el señor que iba con un mapa, al ir el cauce por otro lado, podía desbarrancarse. La idea era sacar parte del agua al río y poner un canal lateral que terminara en el río Paraguay”, sentencia Juan José Guaresti.

“Para hablar del Bermejo es necesario tener en cuenta que se trata de un área de 250.000 kilómetros cuadrados”, reafirma. Considera que esta idea es viable, para lo cual cita un canal francés, el Canal del Mediodía, realizado entre 1666 y 1681, que unía el mar Mediterráneo con el océano Atlántico, realizado por el ingeniero Pierre Paul Riquet, siendo el canal navegable más antiguo de Europa que sigue funcionando hasta la actualidad.

“Eso que se pudo hacer en 1666 todavía no pudo hacerse en la actualidad con el río Bermejo. Es enorme la zona de influencia del Bermejo, el canal serviría para la navegación, pero para la navegación barata porque el costo del flete es la quinta parte de lo que cuesta el ferrocarril y aproximadamente 15 veces más barato que un camión; es una verdadera revolución”. Resalta también que en Argentina la limitante es la distancia por la extensión.

Afirma que el costo del flete es absolutamente incidental en la economía regional, porque el camión es muy oneroso en el transporte. Allí radicaría la ventaja de abrir nuevos canales, y en esto se basaron los estudios y libros publicados por Juan José Guaresti sobre el río Bermejo. Es un verdadero estudioso del tema, su pasión por la navegación lo llevó a visitar y estudiar “in situ” la cuenca del río Misisipi en su confluencia con el río Misuri, resaltando la forma en que se aprovechan los afluentes.

“El costo del flete es absolutamente incidente en la economía, es carísimo”, señala y su conocimiento de la economía cita los porcentajes de tal incidencia. La economía es una de las materias en las que desplegó sus conocimientos este abogado, cuando se desempeñó como director del Banco Central de la República Argentina entre 1983 y 1985.

La Constitución, base de un país

Su interés por la contribución al desarrollo del país lo llevó a desempañarse en cargos políticos, fue director encargado del bloque del Partido Autonomista de Corrientes en el Senado de la Nación durante el período 1963-1966 y actualmente es presidente de la Convención del Partido Demócrata. Defiende con pasión la importancia y la vigencia de la Constitución Nacional y de las instituciones de la República, hecho que lo llevó a alzar la voz desde la cátedra, la calle y la tribuna.

 “Los norteamericanos, con sus pensadores, agregaron a los pensamientos del barón de Montesquieu sobre la división de poderes en ejecutivo, legislativo y judicial el federalismo, que es la base del pensamiento de la Constitución de Estados Unidos. El federalismo es una garantía de la libertad, a este concepto hay que explicarlo correctamente”, expone con tono docente. “La división de los poderes es la base de las libertades occidentales, por ello los patriotas argentinos tomaron esa idea; Dorrego, que estuvo en Estados Unidos, fue uno de los propulsores”, cita de esta forma el fallido intento de redactar una Constitución en 1826, llamada la Constitución de Rivadavia, y fue justamente durante las sesiones del congreso constituyente cuando el diputado Dorrego advertía sobre la inconveniencia de establecer un sistema unitario.

“Una muestra de la deficiencia de federalismo es la respuesta a la pregunta sobre qué provincia tiene alguna influencia en el Banco Central de la República Argentina y la respuesta es ninguna, es una negación del federalismo, no hay presidentes de provincias en esa institución, salvo excepciones como Juan Domingo Cavallo, cordobés, cuando se desempeñó en ese cargo”, explica Guaresti.

En el ojo del análisis señala que debería llamarse a las cosas por su nombre, por ejemplo, “las retenciones deberían llamarse ‘impuesto a la producción’, así mostramos que estamos haciendo algo que ningún país hace, porque ningún país grava la producción de nada, nadie, es un invento nuestro”.

Su visión de la economía a futuro no es alentadora, “mientras no se cumpla con la Constitución, nada funcionará”, admite detallando cómo la cuarentena afectó el desempeño de las instituciones. La forma en que se trató el tema es motivo de su análisis y crítica, y en el foco particular está el manejo de la Justicia, que “es esencial para la historia de los pueblos”.

“No estoy muy de acuerdo con los economistas que solo hablan de economía porque la ciencia económica tiene que funcionar en un país con instituciones, por eso no veo con mirada alentadora el futuro. La economía estadounidense funciona porque sus instituciones funcionan correctamente”, concluye Juan José Guaresti su apreciación sobre el presente argentino. Numerosas publicaciones avalan sus estudios y su dominio juanjoseguaresti.com.ar/ difunde el contenido de sus apreciaciones.

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