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EDITORIAL 17 DE AGOSTO DE 2020

De libertades y libertarios, recordando al general José de San Martín

El Generalísimo dejó su vida en aras de la independencia, la libertad era su estandarte y su meta

José de San Martín

ARGENTINA (Por María Carolina Mena Saravia) Un nuevo 17 de agosto asoma la cabeza en un año particularmente difícil para nuestro país y el mundo. La pandemia parece arrasar con todo, y algunos argentinos y patriotas buscamos en estas fechas especiales un bálsamo que mitigue la incertidumbre y nos llene de fervor republicano, el mismo que nuestros próceres nos legaron a sangre y fuego.

Salta no es ajena al panorama desolador que cunde en el noroeste argentino a causa del coronavirus. Un día como hoy del año 1850 fallecía el libertador de Argentina, Chile y Perú, don José Francisco de San Martín y Matorras.

Dejó su vida en aras de la independencia, la libertad era su estandarte y su meta. Aunque había nacido en Yapeyú, una de las misiones instaladas por la Compañía de Jesús en la jurisdicción jesuítica del Paraguay, el destino lo llevó a establecerse con su familia en Europa, en Cádiz, y luego se radicó en Málaga.

Cursó su carrera militar en el Regimiento de Murcia y participó en las batallas contra la dominación napoleónica en tierras españolas. Su valor dio cuenta en dos importantes batallas, la de Bailén, en 1808, y La Albuera, en 1811.

Regresó a Buenos Aires en 1812 para participar desde un primer momento en las guerras por la independencia, en la que pudo desempeñar todos sus conocimientos militares, hecho también que lo llevó a que le encomendaran la fundación del Regimiento de Granaderos a Caballo, una ambiciosa apuesta para dotar de prestancia a los guerreros de la independencia aprovechando los conocimientos adquiridos en Europa por el general San Martín.

De su vida y su lucha podría hojearse durante días, por ello entre los mojones históricos cobran relevancia los actos de su persona y las impresiones de terceros, rescatando así la frase del director supremo de las Provincias del Río de la Plata, Juan Martín de Pueyrredón, cuando aquel glorioso 14 de febrero de 1817 entraba victorioso a Santiago de Chile junto a Bernardo O´Higgins: “Bien puede usted decir que no se ha visto un Director que tenga igual confianza en un general; debiéndose agregar que tampoco ha habido un general que la merezca más que Vd”.

En esta sufrida Argentina, donde las instituciones son arrastradas por la voluntad de quienes ejercen el poder y ante la convocatoria para defenderlas multitudinariamente en distintos lugares de nuestro país nada menos que el día en que se recuerda su fallecimiento, me inclino a pensar que el hado congenió las dos fechas en una evocación republicana y libertadora, acorde a los principios del Padre de la Patria.

Como una muestra más del valor de sus ideales, recordemos la frase atribuida a santa Teresa de Ávila que enmarca el blasón de la familia San Martín de la villa de Cervatos de la Cueza: “Vivir se debe la vida, de tal suerte que viva quede hasta la muerte”.

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