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EL MILAGRO EN SALTA

Horacio Bertero y los secretos que encierra la imagen del Señor del Milagro

Los orígenes de los ornamentos de la imagen del Señor del Milagro y su historia forman parte del acervo cultural salteño, Horacio Bertero, platero e historiador, habla sobre la última intervención en la imagen

Horacio Bertero en su labor
lunes 14 de septiembre de 2020

SALTA (Por María Carolina Mena Saravia) Horacio Bertero conoce a la perfección los secretos del Señor del Milagro. Este renombrado orfebre de Salta pertenece a la alta escuela de platería de Argentina. Nació en San Antonio de Areco, un detalle no menor, ya que los Pagos de Areco o el Pago, como se conoce a esta distinguida localidad de la provincia de Buenos Aires, es cuna de la platería y la soguería del país. Abrevar en el aroma pampeano, recorrer sus calles, el puente viejo de los Martínez y las estancias es adentrarse en un mundo cadencioso donde juegan la tradición y la complicidad que otorga el pertenecer a un pueblo con una sinergia única.

Así también es Horacio Bertero, un poco arequero pero también salteño por adopción. Su locuacidad y tecnicismo hacen que su conversación alcance por momentos el grado de una clase. Combina a la perfección la técnica con la pasión por la tarea de investigación en los trabajos que encara. El estudio de cada uno y el tiempo que les dedica ocupan un lugar muy importante, afán que lo llevó a la autoría de distintas publicaciones, donde la historia, otra de sus pasiones, coquetea con la técnica del cincelado y la soldadura.

Su relación con el Señor del Milagro comenzó cuando recibió una invitación por parte del Arzobispado de Salta, allá por el mes de febrero del año 2010. “Empezamos a trabajar a fines de junio y mantuvimos ese ritmo durante todo julio. El Arzobispado convocó a restauradores y artesanos para que se ocupen de estudiar y restaurar la imagen del Señor del Milagro”, explica Bertero.

“La restauración duró 45 días, trabajando prácticamente todo el día y a veces parte de la noche porque había que esperar cierto tiempo para que los rayos se blanqueen en bandejas de ácido nítrico con ácido sulfúrico para poder seguir trabajando”. El equipo estaba a cargo de Néstor Barrios con María Campero de Larrán, Mercedes Jimeno, Dolores González Pondal, Francisco Flores, Adolfo Larrán, entre otros.

La labor de Horacio Bertero se circunscribía al área de platería para realizar la restauración de los accesorios de la imagen, datadas en diferentes épocas. Para dar comienzo a este enjundioso trabajo, se zambulle en los distintos periodos en que los ornamentos se agregaron. Así se refiere al conjunto de platería como corona, faldellín, orlas de la cruz, entre varios elementos.

“Durante todo el mes de julio se trabajó, se desmontó la cruz, se separaron todas las piezas de plata, se cambió el madero para poner uno de la misma dimensión y de mismo tamaño”, detalla con minuciosidad, aclarando que el madero que sostiene la imagen del Santo Cristo Crucificado, como le llamaban los fieles testigos del milagro de 1692, es octogonal.

El estudio de cada una de ellas comenzó por conocer “qué tipo de plata tenían”. “En algunos casos la ley es mucho más alta que en otros, identifiqué cinco plateros diferentes”, especifica. “El título, que es donde está el INRI, y la cartela que está en la parte posterior que dice ‘Tú eres nuestro, nosotros somos tuyos’ pertenecen a la primera época, posiblemente a 1844”, consignando que sería de la “época de Nazario Morales, el primer platero que hizo todo el arreglo en plata”. Antes de ese año, el Señor del Milagro no tenía ornamentos en metal.

“Las cantoneras (extremos de la cruz), la rayera, o sea el resplandor, las orlas de nubes también pertenecen a un mismo taller, tienen prácticamente el mismo trazo de cincel, las mismas herramientas”, continúa exhaustivamente su detalle. “Así como en caligrafía podemos reconocer una letra, en el mundo de la platería se conoce al orfebre por la forma de cincelar en los repertorios decorativos, y se sabe a qué platero pertenece”.

El Señor del Milagro cuenta con dos coronas. Una es la de “uso diario”, realizada en 1935 por un platero de apellido Velázquez, la fecha se encuentra consignada en la misma. La "corona imperial, procesional", fue encargada a Juan Gottuzo, afamado platero autor de las medallas conmemorativas de la coronación, quien a su vez se la encarga a otros plateros.

En el estudio de la cruz, Bertero destaca como interesante la peana (base). “Está hecha en el año 1952 por José Turletto, artesano de Buenos Aires que había hecho unos trabajos en el camarín de la Virgen de Gualeguaychú”. Para completar la lista de cinco plateros, finalmente consignó al orfebre Cáceres, de la calle Urquiza, como autor del cinturón del faldellín.

“La restauración propiamente dicha consistía fundamentalmente en reparar todos los rayos que se habían quebrado con las vibraciones de las procesiones, reajustarlos y, al cambiar la cruz, las medialunas que sostienen los nimbos, que son todas esas orlas que unen a los rayos que están alrededor del Señor del Milagro, tuvimos que entarugarlas una por una para poner los tornillos”, explica con minuciosidad.

La intervención que Horacio Bertero realizó a la imagen del Señor del Milagro consistió únicamente en “ponerle una cruz en la zona sacra, con la adición de una ménsula, para evitar que se quiebren los brazos”. Continúa detallando que “entre las manos y los pies y la cruz hay una suspensión de arandelas de neopreno (caucho sintético) que evitan que se deteriore la policromía al pegar con la madera”.

Antes de realizar la restauración, inmediatamente le fuera encargado el trabajo, Bertero, fiel a su estilo, buscó información en libros y archivos, pero al resultar escasa, decidió basarse en el fichado del estudio de cada pieza y en su vasta experiencia de taller. Mientras llevaba a cabo la restauración consultó el libro “Historia de las imágenes del Señor del Milagro y de N. Señora de la Virgen del Milagro que se veneran en la catedral de Salta”, de Julián Toscano, y el “Compendio de la historia del Milagro de Salta”, de Miguel Ángel Vergara.

Tomó como referencia la época de la coronación de las imágenes, durante el papado de León XIII, en 1902, donde se realizaron cinco coronaciones: la de la Virgen del Valle de Catamarca, la Virgen Rosario de Córdoba, la Virgen de Luján, la Virgen de Itatí y las de los Patronos de Salta porque existían referencias de firmas de plateros que realizaron las distintas coronas.

Un sinfín de anécdotas matizaron la entretenida conversación con Horacio. Yayo, sobrenombre con que lo conocen en el Pago que lo vio nacer, con certeza porta en su ADN una singular alquimia, que hace que cada uno de sus trabajos sea una verdadera obra de arte.

Al mirar al Señor del Milagro solo podemos exclamar las palabras que emergen de las documentaciones juradas de 1712: “Mirad este Soberano Señor, cuán hermosísimo y devotísimo es. Verdaderamente es una maravilla este Señor”.

 

 

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