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San Antonio Abad: cinco cosas que debes saber del santo del día

Una época convulsionada en los albores del cristianismo dio a luz ejemplos de santidad dedicados a la soledad de la oración y el ayuno

San Antonio. Fuente: Twitter
domingo 17 de enero de 2021

SALTA (Redacción Voces Críticas) San Antonio Abad, el protagonista del santoral del día, es el patrono de los animales, de los que tienen enfermedades en la piel, de los sepultureros, los monjes, los carniceros y los fabricantes de cestas. Nació en el año 251 en Magna, Egipto, y murió el 17 de enero de 356 en Tebaida, Egipto. Fue el fundador del movimiento eremítico, un monje que dedicó su vida a la oración, ayuno y penitencia.

La vida de san Antonio Abad se conoce a través de los escritos de otro santo, san Atanasio de Alejandría, obispo contemporáneo, a través de su obra “Vida de Antonio”, quien junto con Antonio se enfrentó también a la herejía arriana.

San Antonio Abad vivió 105 años, asistió a la muerte de otro santo, san Pablo el Ermitaño, hecho que lo llevo a peregrinar durante días en pleno desierto y a una edad ya madura, durante cuyo periplo presenció hechos inexplicables, relatados por san Jerónimo, como la visión de un “hipocentauro” y un “cristiano con pies de chivo” que les indicaron el camino.

Tras su muerte, pidió que sus restos descansasen en un lugar sin señalizar, pero allá por el 561 d. C. fueron trasladados a Alejandría y luego a Constantinopla, hoy Estambul. Entre los relatos curiosos de su vida está aquella ocasión en que se encontró con una jabalina y sus crías en extraña actitud de súplica –los jabatos estaban ciegos- y san Antonio Abad les devolvió la vista.

Nunca más, la jabalina se retiró de su lado, y se convirtió en custodia ante los peligros del desierto. Por ello en las imágenes con frecuencia se lo representa con un cerdo a sus pies.

Es muy conocido el episodio de la tentación de san Antonio Abad en el desierto. Cuenta san Atanasio que el diablo buscó tentarlo con innumerables tormentos mientras transcurría su vida en el yermo. Su coraza fueron la oración, la fe y el ayuno. Este hecho sirvió de inspiración para numerosos artistas que desarrollaron el tema. Entre ellos, el famoso Tríptico de las tentaciones de san Antonio, de Hieronymus Bosch (El Bosco), y las obras de Salvador Dalí, Paul Cezanne y el mexicano Diego Rivera.

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