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Tuvo COVID-19, se recuperó y ahora desarrolló un extraño síndrome

Su alimentación cambió por completo

Tuvo COVID-19, se recuperó y ahora desarrolló un extraño síndrome

ARGENTINA (Redacción Voces Críticas) El COVID-19 sigue desvelando a los científicos. A más de un año de la pandemia continúan presentándose casos insólitos como el de una tucumana que desarrolló un extrañísimo síndrome "post-COVID" y ahora necesita muchísimo dinero para costear su tratamiento. 

Este es el caso de Carla Romano, una joven de apenas 28 años que padeció la enfermedad en 2020. Ya recuperada en lo anímico, decidió salir a comer hamburguesas con su novio. Entre cervezas, y tras varios meses de estar sin sentir el gusto a los alimentos, decidió que iba a romper con ese hábito y retomar su vida anterior. 

Sin embargo, nada salió como lo planeaba. Apenas le trajeron la hamburguesa doble medallón afloraron los síntomas post-COVID y vivió una de las peores experiencias de su vida. "Agarré la hamburguesa y casi vomito. Empecé a sentir un olor feo, a cloaca, al agua servida, a carne podrida", le dijo la joven al medio eltucumano. 

Ese fue el click que derivó en el calvario que vive ahora producto de la enfermedad. "Ese día, en el bar que te cuento, estaba por comer la hamburguesa. Digo: ‘Ya está: tengo que comer, ya está’. Pero al principio sentí que estaba cruda. Mi pareja me dijo que estaba bien: ‘No tiene nada’. Pero no pude. Y no la comí. Con lo que me gustan, desde ese momento, no puedo ver las hamburguesas, ni la carne molida. La misma sensación me pasa con las milanesas. Después con el pollo. Tampoco tolero los guisos ni las salsas ni los condimentos. Nada que tenga ajo, provenzal. Como comida por comer. Solo distingo la sal, nada más".

Ahora Carla, solo se alimenta de frutas, yogures, o pizzas, pero sin salsa: pan y queso. "Bajé muchísimo de peso, tengo anemia, y con todo esto es peor. Fui a un otorrino y me dice: ‘Si no me hubieras que tuviste Covid, te diría que es un tumor en la cabeza. El Covid te afecta el cerebro: lo que estás sintiendo son olores fantasmas, pero son cosas que le pasan a mujeres mayores de 60", contó desesperada.

Tratamiento costoso

Carla entonces decidió ir al médico, y no le dieron muchas opciones para sobreponerse a esta situación. Una de ellas es esperar dos años, o bien, hacerse una operación en las fosas nasales que la hará perder el olfato de por vida. "La única opción es volverme vegana, para no sentir ese olor. Pero tampoco quiero dejar de comer carne. Hay un único tratamiento que es re caro: ya gasté 4000 pesos. ¿Cómo hace la gente que no tiene obra social?", se quejó. 

"Me agarra mucha angustia, de verdad. Es horrible. Tengo mucho acumulado. Cuando lloro, lo hago a escondidas o cuando me baño para que mis hijas no me vean. Es horrible lo que estoy pasando, no es normal. Otras chicas me dijeron que le sienten el feo sabor a la gaseosa, o a los perfumes, pero el 70% a la carne y al pollo. Al huevo tampoco lo tolero. Llego a comer con ese olor, lo vomito", expresó la joven que en algún momento creyó estar embarazada. 

 

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