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Sospechas de corrupción

"Nunca comen pollo al horno": estalló un escándalo en el comedor escolar de Morillo

Padres de alumnos denunciaron manejos fraudulentos del director de la Escuela

Fuente: (Twitter)

SALTA (Redacción VOCES CRÍTICAS).- Padres de alumnos que asisten a la escuela Tambor de Tacuarí, en la localidad de Morillo, denunciaron desmanejos en el comedor escolar luego de que el director del establecimiento educativo declarara ante la prensa que los chicos comen "pollo al horno", un menú que nunca consumieron sus hijos, según hicieron saber. El sospechado por malversación de fondos es el director Daniel Zacarías, quien quedó bajo la lupa del Ministerio de Educación. 

La irregular situación de la escuela de Tambor de Tacuarí de Morillo salió a la luz cuando Zacarías fue acusado por la baja calidad de los alimentos ofrecidos a los estudiantes, la mayoría pertenecientes a los pueblos originarios que habitan la zona. El menú fijo del comedor escolar, según denunciaron los padres de los niños y niñas, estaba compuesto por sopas y guisos de sémola, arroz, frangollo y fideos. Las luces de alarmas se encendieron cuando trascendió que el director de la Escuela maneja $14 mil pesos diarios para brindar una alimentación acorde para su desarrollo físico y cognitivo a 320 estudiantes.  

En una entrevista concedida a El Tribuno luego de las denuncias, Zacarías refutó a los padres de Morillo: "eso es mentira. Yo presenté el lunes la rendición del menú que damos en la escuela. Por ejemplo, el lunes arroz con lenteja y pollo y de postre un anchi o sémola con leche. El martes, un locro de trigo con carne de vaca y de postre naranja. El miércoles les doy estofado de carne o pollo y de postre banana. El jueves hacemos salpicón o sopa de frangollo o avena y de postre dulce de batata. Cuando hace calor no podemos dar frangollo y polenta, damos salpicón, fideos con pollo, o pollo al horno con arroz".

Consultado sobre dónde se hornea el pollo teniendo en cuenta que la escuela de Morillo no cuenta con cocina, respondió que "lo hacemos cocinar en la panadería que nos provee el pan. Para 320 chicos hacemos tres cajones y medio de pollo y sacamos de 10 a 12 porciones por pollo". La respuesta del directivo, quien adujo que los chicos consumen proteínas de forma regular en el menú escolar, indignó a los padres, quienes lo desmintieron con una foto del Menú de Verano publicitado en la misma escuela y del cual los funcionarios de la cartera educativa también pudieron tomar nota. 

"Lunes: guiso de fideos - anchi. Martes: sopa de frangollo - naranja. Miércoles: polenta con salsa - banana. Jueves: sopa de frangollo - dulce de batata. Viernes: guiso de arroz - arroz con leche", se leer en el cartel, en donde a las claras no aparecen vestigios de carne de vaca, pollo o pescado, fuentes de proteínas necesarias para chicos en edad de crecimiento. Al malestar se sumó el hecho de que el día viernes el menú es, en consideración de los padres, "arroz con arroz". 

El decreto provincial 745/04 cambió la denominación del Programa de Comedores Escolares por Plan Provincial de Nutrición y Protección Integral del Escolar. La modificación tuvo como fin mejorar la calidad de vida del escolar con estrategias de intervención tendientes a mitigar el impacto desfavorable de las variables nutricionales y sociosanitarias, a fin de lograr en el alumno una efectiva capacidad autónoma de aprendizaje. A raíz de las denuncias, padres de alumnos de las cuatro comunidades cercanas a Morillo que concurren a la escuela acordaron con el director general de Educación Primaria que el lunes los chicos volverán a las aulas y que estará a cargo de la escuela provisoriamente la docente Norma Calvo.

El dirigente wichi de la comunidad La Cortada y padre de alumnos de la escuela, Reinaldo Ferreira, respondió a Zacarías y apuntó también contra los docentes por apañar prácticas que van en desmedro de la infancia. "El director me llamó mentiroso y el único sinvergüenza mentiroso es él. Lamentablemente, por miedo o por lo que fuere, todos los maestros son cómplices de Zacarías en este robo, en esta burla que le hacen a los chicos con algo tan importante como es la comida. Solo un profesor especial se salva; es el profesor de Huerta, Pedro Díaz, quien delante mío le reclamó, peleó por la comida y lo enfrentó al director. Hace cuatro años estaban dos buenas maestras, Sandra Arenas y Neri Cruz, que luchaban por una mejor comida para los chicos y se terminaron enfermando y yendo de la escuela. El problema es grande porque hay plata de por medio que nadie controla".

Ferreira amplió la denuncia al señalar que "Zacarías quiso dar bolsones en 2020 por la pandemia y entregó todo suelto: azúcar, yerba, aceite de 250 ml, sémola, arroz común, frangollo y harina. Sin leche, sin tomate, sin nada de latas. Mientras que otras escuelas dan leche, salsa de tomate, durazno al natural, arvejas, sardinas". Además, sobre el vínculo con los proveedores del comedor, informó que el directivo "les compra a dos comerciantes de Morillo: Abel Romero y Andrés Girón", quienes también tendrán que rendir cuentas de los costos de los alimentos que le facturaron al comedor de la escuela, documentación que Zacarías aseguró que ya entregó al Ministerio de Educación tras conocerse las denuncias en su contra.

Ferreira señaló que, además de los desmanejos en los que habría incurrido Zacarías, es fundamental investigar el rol de la cooperadora, que es la encargada de controlar los gastos del comedor de Morillo. "La cooperadora está conformada por Raúl Jaime, Alejandra Lávaque y Arnaldo Jaime, auxiliares bilingües de la escuela. Ellos tendrían que controlar las compras, pero no lo hicieron nunca, por lo tanto son cómplices no solo del robo, sino del estado nutricional de los chicos, porque estas escuelas no tienen comedor porque sí, sino porque los chicos no comen si no es en la escuela".

 

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