Un hombre obligó a su ahijado a masturbarlo hasta eyacularle en la mano

BUENOS AIRES (Redacción Voces Críticas) Un hombre, el cual obligó a su ahijado a masturbarlo hasta eyacularle en la mano, fue condenado por "abuso sexual simple". Sin embargo no irá a prisión, por “falta de mayor precisión (de la víctima)”.

De acuerdo a la acusación, el aberrante hecho tuvo lugar la noche del  1° de mayo de 2015, en el interior del domicilio del acusado, cuando aprovechó que su ahijado de cuatro años se quedó a dormir. En ese contexto, mientras miraban dibujitos en la televisión, lo obligó a que le tocara sus genitales hasta eyacularle en la mano.

La madre del niño sostuvo que se enteró del episodio luego de una situación diaria. Según relató la mujer, estaba terminando de bañar al nene, cuando éste le quiso dar un beso con la lengua, “algo fuera de lo común”.

“Esa conducta se repitió al poco tiempo, oportunidad en la que el menor le contó que era un secreto, que era un juego que jugaba con el padrino, que le daba besos de lengua, que le había tocado el pito y que el hombre se había hecho pis”, expone la resolución.

En este sentido, el acusado argumentó que se “había vulnerado el principio de congruencia por una diferencia en el día en que habría ocurrido el hecho”. Asimismo negó los cargos manifestando que la denuncia fue iniciada por la madre de su ahijado con la “finalidad evitar que saliera a la luz la relación secreta y extramatrimonial de la denunciante con un ex novio”.

No irá a prisión

De esta manera, la Cámara de Casación porteña ratificó la pena a dos años de prisión en suspenso, tras considerar que “las limitaciones del lenguaje de la víctima (propias de su edad) y su consecuente falta de mayor precisión, eventualmente pudo haber sido un escollo para que la agresión sexual no haya configurado una infracción penal de mayor gravedad”.

Por su parte los jueces Horacio Días, Gustavo Bruzzone y Patricia Llerena dejaron firme el fallo del Tribunal Oral 13, integrado en de forma unipersonal por el magistrado Diego Leif Guardia.