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COVID-19: un empresario rompió un respirador de $1,2 millones en un hospital

Un juez decidió enviarlo preso.

COVID-19: un empresario rompió un respirador de $1,2 millones en un hospital

TUCUMÁN (Redacción Voces Críticas) En el marco de la segunda ola de COVID-19, se vivió un hecho insólito en Tucumán cuando un empresario rompió un respirador de $1,2 millones en el Hospital Padilla ubicada en la capital provincial. Además, trató de “inoperantes” a los médicos que lo atendieron y hasta se dio el lujo de decirle “maestro” y “hermano” al juez que decidió enviarlo preso a Villa Urquiza.

“Rompí el respirador de manera accidental. No fue mi intención dañarlo. Rompí el respirador de manera accidental. Estaba en la camilla y como me meaba (sic), me levanté y con la sonda que tenía puesta lo tiré”, manifestó el empresario José Hernán Díaz, 45 años, quien fue detenido por un total de 30 días en la cárcel de Villa Urquiza tras haber protagonizado un escándalo en la guardia del nosocomio capitalino en el marco de la pandemia de coronavirus.

Las declaraciones del acusado produjeron caras de sorpresa en la audiencia, al punto de que no se detuvo. “Y sí, después me enojé y le di una patada al monitor porque todos me estaban gritando”, añadió José Hernán Díaz. Por su parte, el juez Rafael Macoritto no creyó el descargo del empresario, razón por la cual le dictó prisión preventiva por 30 días, tal como se lo había solicitado el Ministerio Público Fiscal.

Esto se debe al hecho de que el magistrado lo acusó de daño agravado por haber roto esos elementos en el Hospital Padilla. Cabe recordar que el imputado llamó “maestro” y “hermano” al juez y catalogó de “inoperantes” a los médicos que lo atendieron mientras cursaba una infección por COVID-19, a pesar de que varios de los facultativos se encontraban presenciando la audiencia de forma virtual.

En ese momento, Rafael Macoritto le solicitó que se calmara y se ubicara. De más está decir que el respirador dañado, de vital importancia en tiempos de pandemia, fue valuado en $1,2 millones. Aun no se estableció el costo del monitor roto, ni se terminó de realizar el inventario para establecer si hubo otro faltante, debido a que en el instante del incidente habría desaparecido también un tensiómetro.

Negación del acusado

Mientras tanto, el empresario negó la acusación en su contra y hasta trató de justificarse expresando que todos e trató de un accidente. “Soy diabético y hacía 48 horas que no me inyectaba insulina. Me estaba meando y los médicos no me atendieron como corresponde”, indicó el acusado, oriundo de Buenos Aires. Asimismo, declaró que cuando era trasladado al Hospital Padilla fue agredido por personal policial.

“Esa es una vil mentira de un hombre que lo único que hizo fue dañar elementos que son indispensables para la salud de todos los tucumanos. Es extremadamente repudiable que en este contexto haya una persona a la que se le ocurra dañar un respirador de un hospital público”, dijo por su parte el jefe interino de la Unidad Regional Capital, Joaquín Girvaux, que avaló el proceder de los uniformados.

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