Tras el confinamiento, el Gobierno nacional proyecta implementar algo inaudito

ARGENTINA (Redacción Voces Críticas) Tras el confinamiento, el Gobierno nacional proyecta implementar algo inaudito. Y es que el actual esquema de restricciones finaliza el próximo 30 de mayo. Es por ello que en la Casa Rosada analizan escenarios sobre cómo seguir enfrentando la segunda ola de COVID-19 durante el invierno. Y es que, al menos en principio, no se encuentra en análisis una extensión del actual aislamiento.

No obstante, desde la administración nacional se proyecta para el próximo mes de junio cierres de fines de semana en paralelo a la aplicación de unas 5 millones de vacunas por mes. Cabe recordar que durante el fin de semana la ministra de Salud, Carla Vizzotti, puso en palabras una idea que desde hace tiempo gira en el corazón del Gobierno y que el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, ya había planteado durante el año pasado.

De hecho, es lo que tiene pensado llevar a cabo en la provincia que gobierna, es decir, la aplicación de una cuarentena intermitente. Esto quiere decir abrir, cerrar, vacunar. Repetir el camino y dar batalla con una estrategia sanitaria basada en el aislamiento y la vacunación, más que en el testeo y el control estricto de las actividades. De todos modos, son opciones a seguir que no dependen exclusivamente del Gobierno nacional.

Y es que los gobernadores son claves en el ejercicio del control, pero hasta acá han demostrado grandes falencias para mantener en orden sus provincias, debido a que controlar no es cerrar todo, sino hacer cumplir las reglas. De hecho, de haber transitado ese camino, el costo político hubiese sido mucho menor al que tiene que soportar en la actualidad por restringir las actividades sociales, económicas, deportivas y religiosas.

Prueba piloto

Con el DNU publicado el viernes pasado, el Gobierno nacional puso en práctica una prueba piloto para medir si es sostenible en el tiempo el cierre de los fines de semana. Es decir, construir una Fase 1 que sea aplicada durante el sábado y domingo, al tiempo que de lunes a viernes se sostenga una vida protocolizada haciendo hincapié en las restricciones en los encuentros sociales, ya que es la principal fuente de contagio.