Crisis y pandemia: una oportunidad para fortalecer al sistema político

SALTA (Por Martina Guzmán) Los recortes presupuestarios y las necesidades exigen de los políticos ideas creativas. Aquellas viejas tácticas de financiar el voto mediante dádivas van cayendo en el olvido.

Si bien el concepto de “hacer política” ha sido históricamente concebido como el arte de seducir mediante la palabra, en las últimas décadas se convirtió en la práctica de reducir al votante a un cliente de la dádiva. De esa manera la política ha perdido esa esencialidad que hacía a su razón de ser para convertirse en un bolsón de votos a través del cual la gente tributa honores –y votos- al mandamás de turno.

De esta manera, los recursos del Estado se fueron acotando a medida que quien gobernaba fortalecía su hegemonía mediante el manejo discrecional de la coparticipación federal, de manera que los municipios terminaban recibiendo migajas luego de ser los primeros agentes de la cadena de producción.

Concejos deliberantes formados por vecinos bisoños en el arte de la política que terminaban siendo “levantamanos” funcionales del intendente, conforman el cuadro más patético de un Instituto que debe ser autónomo y factor inicial del federalismo.

La pandemia cambió las cosas

La crisis derivada de la pandemia de Coronavirus va a dejar huellas muy profundas en la sociedad. Una de ellas será la toma de conciencia de que la clase política ha perdido una gran oportunidad, sencillamente porque las macroestructuras resuelven los problemas financieros, de salud y educación más en los papeles que en la realidad y los funcionarios no están resolviendo ninguno de estos temas.

Los intendentes los más complicados

De toda la escala de políticos, son los intendentes quienes tendrán que vérselas con la cara del ciudadano, con sus problemas y solventar “in situ” sus necesidades. Porque es el municipio donde las directoras reclaman en la puerta del despacho soluciones edilicias, gastronómicas o las que sean. Allí es donde hay que proveer de calles en buen estado, de salitas equipadas para urgencias, hasta de la vida de los bomberos voluntarios. Todo lo inmediato que hace al vecino, ocurre en el municipio.

Entonces es que esta crisis deberá devenir en un cambio que fortalezca al municipio, primero ejerciendo el federalismo que le dé autonomía económica.

Según como se instrumente puede ser el inicio de la recuperación del sistema político, o bien la caída final estrepitosa de muchos que piensan que todo sigue igual.

El cambio de paradigma que ya sobrevino con la pandemia de COVID-19, obliga a repensar la política en términos locales pero con proyección provincial, nacional e internacional.

Quien no sepa moverse en este universo virtual será el nuevo analfabeto o el moderno esclavo del sistema. En el caso de que sobreviva, claro.