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Las secuelas del COVID-19 que pueden ser peores que la enfermedad

Cuáles son las secuelas post-COVID19 que sufren los pacientes tras recibir el alta

Las secuelas del COVID-19 que pueden ser peores que la enfermedad

BUENOS AIRES (Redacción Voces Críticas) Pacientes revelaron que han sufrido algunas secuelas tras recibir el alta por la enfermedad causada por el virus COVID19. Este es el caso de Sol, de 43 años que comenzó con taquicardia tiempo después del alta por coronavirus, en octubre del año pasado. Hasta el día de hoy, Sol se encuentra en tratamiento psicológico.

En noviembre arranqué con la pérdida de pelo: me bañaba y se me caían los mechones”, cuenta Sol, que reside en Lomas de Zamora junto a su marido y sus dos hijos, sobre las consecuencias post-covid. Por este motivo, la mujer tuvo que cambiar, no sólo su manera de peinarse, sino también muchos aspectos de su vida después de haber transitado el coronavirus.

En el caso de esta mujer, su tránsito por la enfermedad  la llevó a tener 40 grados de fiebre hasta que su cuadro se complicó por sufrir neumonía bilateral y tuvo que ser internada 10 días. Sol estuvo dos meses con licencia, y después empezó a desarrollar secuelas de todo tipo: primero hemorragias, fatiga, cefaleas y cansancio; luego taquicardia en el trabajo y en la casa.

Le diagnosticaron una arritmia post-covid que hoy, un año después, continúa como consecuencia de la enfermedad. Los profesionales le aconsejaron tratarse con un bloqueante cardíaco y estar atenta para evitar un posible infarto. “Yo no tenía ninguna enfermedad de base y ahora tengo arritmia”, motivo por el que Sol se hace controles permanentes con un cardiólogo.

A partir de octubre del año pasado, comenzó con la caída del pelo, problema que la acompaña hasta hoy. Por esta razón, la mujer decidió dejar de teñirse como antes que tenía el pelo largo, y ahora corto con raíz oscura. Según las recomendaciones de su peluquera, Sol  esperará que el pelo cobre fuerza y recién ahí podrá tener el pelo prolijo con la estética como le gustaría.

 

Ataques de pánico

A todas estas secuelas, hay que sumarle también los problemas psicológicos: ataques de pánico. Sol explica que no puede dormir porque siente miedo y angustia, situación por la que empezó un tratamiento de Salud Mental para combatir estos síntomas. “Mis hijos saben que tengo ataques de pánico. Me preguntan si estoy bien, vienen y me abrazan. Ellos y mi marido me contienen”, cuenta Sol.

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