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A 17 años de la tragedia de Cromañón: ¿Cómo fue el incendio en el boliche?

El uso de bengalas provocó que una tela de material inflamable se prendiera fuego desencadenando el horror

A 17 años de la tragedia de Cromañón: ¿Cómo fue el incendio en el boliche?
jueves 30 de diciembre de 2021

Aquella sería una noche de fiesta, música y frenesí. Callejeros, la banda de rock argentino que se proyectaba como la propuesta musical más resonante de aquel momento, brindaría un show sin precedentes en el local bailable República de Cromañón (Once) ese 30 de diciembre de 2004. Sin embargo, una variedad de factores jamás contemplados terminaron por convertir el recital en una de las peores tragedias argentinas.

El mítico show de Callejeros solía acompañarse del uso de bengalas, una especie de ritual que promovían los mismos músicos y alimentaban a la vez por los fanáticos. La banda había llegado a interpretar apenas unos cuantos temas cuando alrededor de las 22.50 un espectador encendió uno de aquellos artefactos, provocando de inmediato que se quemarán las medias sombras y el revestimiento de espuma de poliuretano.

Al cabo de unos instantes, el fuego comenzó a propagarse por todo el techo del local bailable y en cuestión de apenas dos minutos las instalaciones se cubrieron de una cortina de humo espesa y negra que disparó la desesperación de los asistentes. Las pericias determinaron posteriormente que durante aquellos minutos la temperatura trepó hasta los 400°, provocando la sofocación del público y, lo que generó ulteriormente, el mayor número de víctimas fatales.

Instantes después el fuego trepó hasta los cables de la estructura, lo que produjo un cortocircuito que dejó a todo el lugar a oscuras. Esto, sumado al calor sofocante, la desesperación y el miedo llevó a las personas a agolparse en las salidas de emergencia del boliche, de las cuales sólo se mantuvieron abiertas 2 de 6 aquella noche.

El saldo final de la catástrofe fueron 194 muertes ocasionadas por quemaduras, asfixia y aplastamiento, en su gran mayoría se trató de jóvenes de apenas entre los 17 y 19 años de edad, también existió un porcentaje menor de bebés y niños. Los peritos lograron determinar más adelante que el boliche era una suerte de trampa mortal: El local no contaba con las condiciones para desarrollar recitales y apenas tenía habilitación para el ingreso de 1031 personas; ese día los asistentes fueron 4500. El dolor de los padres de las víctimas y su incansable pedido de Justicia aún permanece como un remanente de aquello que se pudo evitar, pero escapó de todas las manos involucradas. 

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