Como todos los 7 de cada mes los fieles veneran a San Cayetano

 (Redacción Voces Críticas) Todos los 7 de cada mes, miles de argentinos pertenecientes a la comunidad católica corren hasta la alacena y buscan su velita para prenderle a San Cayetano. El fin del sacrificio es pedirle trabajo o agradecerle por tener el pan de cada día en la mesa.

Si bien su fecha es el 7 de agosto, la comunidad católica decide recordar todos los meses a quien es considerado el "padre del pan y del trabajo". Se elevan cientos de oraciones en su honor. ¿Pero a qué se le atribuye su santidad en nuestro país?

La devoción a San Cayetano comenzó en nuestro país allá por el año 1875 con una terrible sequía que hacía peligrar las cosechas. Ahogado por la situación, un paisano fue a solicitar al santo ayuda celestial para que pronto llegue la lluvia, dejando ante sus pies un ramo de espigas.

Inesperadamente a los pocos días el cielo se abrió y comenzó  a llover copiosamente, todo fue un milagro por parte del santo de la providencia. De esa manera el campesino pudo salvar la cosecha. Es por eso que en Argentina se lo asocia con las espigas de trigo.

¿Cómo Orarle?

“Dios de todo consuelo, Padre misericordioso, que ves en lo secreto y conoces nuestras necesidades, que alimentas a los pájaros del cielo y vistes los lirios del campo; te pedimos, por intercesión de San Cayetano: que nos des fuerzas para arrepentirnos de nuestros pecados. De modo que, viviendo en amistad con Dios y con todos nuestros hermanos, no nos falte el pan y el trabajo de cada día. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor, Amen”