¿Quién será el próximo vicegobernador de Salta?: un solo cargo y varios ansiosos

SALTA (Por Franco Alvarado) Es un hecho que nadie puede discutir el que Gustavo Sáenz no sólo será candidato nuevamente a la gobernación, sino que además “se pelará” la elección para quedarse un periodo más. Esto es indiscutible, pero la pregunta es ¿Quién acompañará como vicegobernador?

En el bolillero se vienen poniendo nombres de todo pelo y color, literalmente, ya que van desde el rubio Daniel Moreno hasta el moreno David Leiva – o sea…-, pasando por el tornasolado Miguel Nanni, el iracundo Mario René Mimessi hasta el inquieto de Emiliano Durán. Esto a decir de los nombres más conocidos, sin dejar de contar a aquellos que los corrillos de pasillo intentan posicionar, especialmente a la hora de las feministas que se preguntan ¿Y no piensan nombrar a una mujer?

Lo que ocurre es que el manejo del poder a partir del año próximo no tendrá tanto que ver con ideologías o colores de pañuelos, sino una necesidad extrema de consolidar espacios de poder ya que para mujer está la intendenta, Bettina Romero, y ése es el punto en cuestión porque en Grand Bourg saben que “Bettinita” luego del periodo 2023-27, se “viene con todo” para intentar sentarse en el primer sillón de la provincia.

En las cercanías del gobernador alguien dijo “¿A quién le importan las cuestiones de género? Esto es una batida de poder donde hay que poner hue…”, y bien decía el General Perón que “Para hacer una buena tortilla hay que romper los huevos”, de manera que váyase dejando en claro que la cosa viene como bien machista nomás en materia de política.

Ahora bien, vamos deshojando la margarita y tirando pétalos a la calle. El primer caído es el intendente de Vaqueros, Daniel Moreno, cuyos operadores le pintaron un paisaje que nunca existió y ante el vencimiento de su contrato el año próximo le dijeron “Arreglá con Emiliano (Estrada)” y así el hombre que llegó a la política desde la derecha nazifacista de Alfredo Olmedo va terminando sus días en la “zurda” oficialista del kirchnerismo, claro, luego de haber pasado por todos los colores en el camino. Pero –dicen en Gran Bourg- que como su gestión en la intendencia de Vaqueros “Viene muy caída” sale del bolillero como posible vice de Sáenz.

Entre los radicales la cosa no viene mejor ya que se decía hace unos meses que el intendente de Tartagal, Mario René Mimessi, había sido tentado para el cargo de vice y el hombre se puso en la piel de tal cargo tratando de maquillar una gestión que no pasa de mediocre y hasta se habría peleado con su socio y mentor, Miguel Nanni, por esta razón. Claro, Nanni, siempre dispuesto a subir al primer “cole” que lo acerque más arriba también habría pensado que ése era su puesto. Sin embargo, la última visita del jujeño, Gerardo Morales, tiró abajo todas las expectativas ya que en su discurso en el comité radical con Nanni y Mimessi a su lado dijo: “Y dejen de creer en promesas de vicegobernación que son una mentira”, palabras más o menos. Esa sentencia dijo que la unidad política es un sueño y de esa bruma lo único que habría quedado en la realidad es el distanciamiento de los dos líderes.

Sin embargo, desde la misma zona, desde Orán, se escucha cada vez más fuerte el nombre del senador, Juan Cruz Curá, cuya presencia política estaría trascendiendo más allá de todas las deficiencias que se denuncian en materia de salud con los problemas de los hospitales y otros temas sociales. Según los sondeos, la imagen positiva de Curá lo ubicaría como un serio candidato a disputar la intendencia de la Ciudad de Orán. De excelente relación con el gobierno provincial, se estaría posicionando como uno de los posibles aspirantes a componer una fórmula con Sáenz, sin embargo, como suele decirse, todavía falta agua por correr debajo del puente.

El sector del kirchnerismo puro de Salta ya es cada día más un cementerio de elefantes –y no blancos, precisamente-, rejuntados por un Walter Wayar que como una luz de bengala tuvo hasta hace unos meses un “ascenso luminoso” y ahora estaría cayendo mientras se apaga dejando puro humo detrás, Nora Giménez también fue puesta en una oficina, vaya a saber para qué. Según habría dicho el mismo Wayar, la idea sería unir al kichnerismo duro y al sindicalismo salteño que está todavía más dura que el pan de la semana pasada –y así de viejo también- para ir por la gobernación, pero si los números no dieran, cosa que se da por descontado, sirviera al menos para que Wayar fuera considerado como acompañante de Sáenz.

Esto último sonó a despropósito ya que Wayar apenas en el pasado mes de febrero ocupó un gran espacio de tiempo y de tribuna en el acto recordatorio de Roberto Romero, donde fustigó duramente al saencismo delante de Darío Madile y Ricardo Villada que se aguantaban las ganas de ahorcar a Wayar con sus propias manos. Pero claro, la política es como un barco a vela que vira hacia donde hay mejores vientos. Igual, todos se acuerdan de aquellas palabras que hundieron toda pretensión “wayarista”.

Por ahora la figura más fulgurante en el anodino espacio político de Salta es Emiliano Durán, quien le sonríe todos los días a los salteños desde las ya descoloridas gigantografías que todavía quedan por la ciudad mientras reúne aquí y allá, cientos de jóvenes ávidos de saber si pueden hacer algún negocito con Internet o aprender a hacer un CV para buscar un trabajo en estos tiempos difíciles. La verdad que debe reconocerse la capacidad de Emiliano en estas huestes, en definitiva, el hombre lo hace y bien. Incluso sabe capitalizar la ignorancia popular y de pronto te aparece con una lona impresa que promociona la verdulería de “Doña Pocha” y se la regala en cámara a la vendedora que ahí nomás la coloca en su negocio emocionada como si fuera una marquesina del Times Square, mientras Emiliano te vende de frente a la cámara la importancia de favorecer a los emprendedores. Posicionamiento inteligente y vigente, en la calle, mientras los demás quieren acercarse sólo tomando café.

Sin embargo, Emiliano pareciera que no tendría interés en ser el vice de Sáenz a pesar de que el gobernador lo promociona en fotos juntos. ¿Para qué ser vice ahora si puede ser gobernador en el 2027? Dijo un allegado al mediático senador. Imposible saber qué está pensando el hombre y menos todavía posible pensar qué puede pasar para esa época.

Todo este circo rueda ya por la pista de la política salteña, y unos y otros despliegan sus artes y malabares para tratar de impresionar al dueño de la carpa.

Más allá, en silencio, siempre “haciendo la suya”, sigue tranquilo Antonio Marocco, nadie dice nada de “El Gringo”, con su vicegobernación. Y quién dice, a lo mejor ese estilo campechano, por la orilla de la cancha sea el que más le gusta a Gustavo Sáenz. ¿Quién sabe, no?

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