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Responsabilidad política

¿Para cuándo hacerse cargo? El Hospital de Tartagal en crisis y Mimessi mira para otro lado

Más de 50 trabajadores viven una crítica situación laboral en el Hospital Juan Domingo Perón y el intendente no los atiende ni les da respuestas

Mimessi
El intendente en medio de una gestión más que polémica
El intendente en medio de una gestión más que polémica

 SALTA (Redacción Voces Críticas). Mario Mimessi sigue sin dar ningún tipo de respuestas al Hospital de Tartagal, luego de que más de 50 trabajadores se levantaron a protestar para poder cobrar sus sueldos que desde enero no reciben ni un peso.

En el marco de esta crítica situación, el doctor Santiago Payo explicó que la institución atraviesa duras carencias de todo tipo: Apenas intentan conseguir los fondos para pagar sueldos atrasados de los trabajadores, sin contar la falta de insumos que existe en la institución.

 “Vine pagando los sueldos que el hospital maneja por el pago de las obras sociales. Nunca se me mandó los recursos para pagar a esta gente: pagué enero y en febrero ya me fue imposible”, aseveró el médico.

 “Llegamos a pagar el 50% de los sueldos, pero ya no tengo más recursos, vengo pidiendo que se los nombre porque son indispensables”, sostuvo Santiago Payo al Nuevo Diario.  La urgente situación no recibió respuesta alguna del intendente Mimessi.

 Más de 50 personas esperan que el intendente Mimessi se digne a solucionar el problema, quienes deben alimentar a sus familias , pagar alquileres y cuentas en medio de una infernal inflación. Los enfermeros, técnicos radiólogos y de laboratorio, instrumentales de quirófano, entre otros, están desesperados sin saber qué hacer. “Sin ellos el hospital no funciona”, afirmó Payo.

 

 “No soy gerente de un hospital de autogestión que puede hacer contratos, soy de la provincia”, arrojó Santiago Payo contra el Ministerio de Salud. Además, aseveró de forma contundente que “todos miran para un costado y nadie quiere hacerse cargo”.

 Por último, el doctor se lamentó no tener médicos a disposición, ya que los que se reciben al no tener una situación laboral regularizada, se van a la capital y no vuelven nunca más. “Hago todo mi esfuerzo para pagar a un cirujano $300 mil pesos por una operación. No puedo derivar a un paciente con un balazo en el pecho”, sostuvo Payo, preocupado por la situación.

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