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|VIDEO| ¡Repugnante! Cucarachas en la cámara frigorífica, comida vencida y violencia física en un supermercado
Un ex empleado denunció las negligencias que vivió mientras trabajaba en la sucursal de una reconocida cadena de supermercados
SALTA (Redacción Voces Críticas) El viernes pasado Amir, un salteño de 19 años, fue despedido del supermercado donde trabajaba de una forma muy violenta. Denuncia que el encargado lo atacó físicamente: "me pegó patadas, me ahorcó y me rompió mi ropa".
El joven habló con el medio Que Pasa Salta. Indicó la dirección de la sucursal donde trabajaba, "todo esto pasó en el supermercado Día de Villa Mitre, en la Av. América". Además, dijo que quien lo agredió fue "el responsable de esa franquicia, Sebastián Matías Giampaoli".
Gentileza de Que Pasa Salta
Luego, relató cómo fue el momento en el que este sujeto lo despidió. "El día 27 me presenté al supermercado a pedir el sueldo que me debían, me debían un mes y medio, y él me pegó dentro del súper. Me pegó patadas, me ahorcó y me rompió mi ropa".
Sin embargo, los maltratos y la violencia física por parte del encargado hacia sus empleados no es lo único preocupante y negligente que denunció Amir. También dijo que él trabajaba 8 horas por día, incluso los feriados, y que jamás le pagaron el sueldo completo en tiempo y forma.
Otra de las cuestiones insólitas y desagradables qué le tocó vivir como empleado de esa sucursal estuvo relacionada con la comida y las condiciones de higiene. El salteño filmó un video para mostrar cómo eran las condiciones en la cámara frigorífica. En la grabación se ve a los pollos rodeados de cucarachas.
Además, también en el caso de los pollos contó que su antiguo jefe los "obligaba a arrancar las etiquetas a los pollos vencidos de la cámara y llevarlos a la góndola para que la gente no se diera cuenta".
Es totalmente inentendible como esa sucursal continúa funcionando, teniendo en cuenta no solo los maltratos y la violencia física, sino también todas las fallas que mantienen en cuanto al cuidado de los productos. Lo que más sorprende es la condición de los alimentos, ya que en teoría para poder venderlos hay que cumplir una serie de requisitos bromatológicos.
