Los enemigos silenciosos del Papa Francisco

Con esta reforma, que deberá implementar toda la iglesia, el Papa Francisco se involucró con los intereses económicos de gente muy poderosa. Aquellas personas a las que hizo frente Benedicto XVI y por las cuales decidió dar un paso al costado y renunciar al papado. 

Desde que se convirtió en el máximo representante de la Iglesia Católica en el mundo, Jorge Bergoglio dejó en claro su intención de "limpiar" el nombre de la institución eclesiástica y lo demostró al destituir a algunos funcionarios de sus cargos. Funcionarios que luego tuvieron que enfrentar juicios en tribunales y terminaron pagando caro.

Con estas muestras de coraje y de firmeza al momento de tomar sus decisiones, el argentino sumó aliados, pero también despertó malestares en el seno de la iglesia. Sin embargo, está acostumbrado a lidiar con esas situaciones. Ya lo hacía cuando estaba en Argentina.

En su propia tierra, se tuvo que enfrentar también a un poderoso personaje oscuro. Alguien que repartía dinero entre distintos operadores con el objetivo de dejar mal parado a Bergoglio. Y esto fue más notorio en el rubro periodístico, con el enriquecimiento sin sentido de algunos periodistas.

Y para no perder práctica, en Roma también tuvo un enemigo de la casta periodística. Cuando la fumata blanca se elevó por el cielo del Estado Vaticano con la anunciación de que sería el nuevo papa, ese personaje se desmayó dejando en claro su descompostura en relación a Francisco. Sin embargo, el sumo pontífice resistió y logró empoderarse. 

En este sentido, la reforma de la curia se orienta a reducir el ala conservadora de la Santa Sede y crear una más cercana a sus posiciones. Así, entre otras cosas, él presidirá el Dicasterio para la Evangelización; y La Limosnería Apostólica será el nuevo dicasterio para el servicio de la caridad, una opción definitiva por los pobres, vulnerables y excluidos, que puede ejercerse en cualquier lugar del mundo y contará con recursos para eso.