Conocé con qué pertenencias fue enterrada la reina Isabel II

El lunes pasado, finalmente fue enterrada la Reina Isabel II. Lo que se pudo notar en ese momento, es que el ataúd contaba con un forrado de plomo, hecho que despertó muchas preguntas alrededor del motivo de tan curiosa decisión.

Sin embargo, el misterio fue resulto rápidamente. Resulta que es una tradición centenaria por parte de la realeza, que tiene el objetivo de cuidar el cuerpo de los monarcas fallecidos. Esta realización era especialmente importante cuando las técnicas de conservación no eran tan avanzadas como las actuales.

Es que el plomo cuenta con propiedades importantes en cuanto a la conservación se trata: ayuda a proveer la humedad y evita que los gases y toxinas del cuerpo se escapen. La importancia de esta condición tiene que ver con que, al igual que con la reina Isabel II, suelen dejarse los ataudes en exposición por varios días.


La Reina Isabel II nació el 21 de abril de 1926 y falleció el pasado 8 de septiembre

Otra característica particular del ataúd de la reina tiene que ver con el peso: se necesitaron ocho personas para poder transportar el ferétero hasta la bóveda de la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI, parte de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, donde fue enterrada. En este lugar, descansará junto a sus padres, su hermana, y el príncipe Felipe, su marido.

En cuanto a los tesoros que la reina Isabel II se llevó a la tumba, se cuentan solo dos cosas: su anillo de bodas, confeccionado con oro galés, y un par de pendientes de perlas. En comparación a sus antecesoras, son realmente pocas las pertenencias con las que decidió ser enterrada.