Este era el desopilante ritual realizado en el Palacio de Buckingham para evitar que la reina Isabel II fuera envenenada

La reina Isabel II fue una de las personas con mayor importancia e influencia que reinó la monarquía británica, y por su gran papel, las medidas de seguridad debían ser de formas extremas para no dejar pasar ninguna cosa por alto.

Por su puesto que la reina debía comer pero con muchísimo control de la seguridad, por ello desde el Palacio de Buckingham tenían que estar atentos a cualquier amenaza que atentaran contra su monarca. Una de las grandes medidas para llevar a cabo un banquete era llevar una comisaría dentro de la cocina.

Luego de eso, se pasaban escoltados a otra cocina donde se llevaría a cabo el banquete, después de eso iban a un recuento donde se armarían los platos y cada uno con su porción, los mismos eran pasados por una máquina de rayos X para descartar cualquier mínima modificación de los instrumentos de cocina.

Al momento de llevar a la comida, nadie nunca sabía cual era el plato destinado para la monarca. Ya que una persona del palacio elegía al azar un plato preparado por el chef para llevar a la reina, de esta forma nadie podía saber qué plato sería destinado para la reina Isabel II.

Así fue como en cada banquete y en cada recepción de visitas la reina Isabel II pudo librarse de cualquier amenaza que estuviera en contra de ella y poner al Reino Unido en un mal momento.