Este es el hábito impuesto por Isabel II que Carlos III nunca toleró y que ahora pudo cambiar tras su muerte

El reinado de Isabel II dejó una gran estela de reglas y protocolos a seguir. Fueron unos largos 70 años en los que su familia, incluido su hijo, el actual rey Carlos III, debió tolerar determinadas reglas y métodos, que tal vez no fueron de su agrado.

Las tradiciones reales inglesas suelen ser firmes y estrictas. Y su duración la determina cada monarca en el poder. Tras la muerte de la última reina de Inglaterra, su sucesor tiene rienda suelta para realizar los cambios que desee.

Así es cómo Carlos III impuso sus caprichos y empezó a descartar una por una diferentes reglas que se mantuvieron en el Palacio por casi 7 décadas, al mando de la reina Isabel II. Una de ellas apunta a ni más ni menos que al menú servido en la mesa real, informa Voces críticas.

Es sabido que el actual monarca británico es un fiel defensor de de los alimentos orgánicos y naturales. No por nada contrató -con un salario enorme- a un gerente de los jardines para cuidar y atender bien varias de las plantaciones que son origen de parte de los productos que consume diariamente la familia real.

El regimen anterior imponía que en los comedores del Palacio de Buckingham se comiera todos los días lo mismo. Claramente, el sucesor de Isabel II no estuvo de acuerdo. Se reunió con todos sus cocineros y generó un nuevo hábito alimenticio.

Así es cómo Carlos III eliminó casi en su totalidad el consumo de proteínas animales y solo permite que se las cocine una vez por semana. Por lo tanto, prevalece a partir de ahora un nuevo menú de comida orgánica, el cual toda la familia real debe consumir, quiera o no.