Nadie lo puede creer, la reina Sofía y un secreto íntimo muy bien guardado: este fue el gran amor de su vida

Todos creemos que las historias de las reinas son como en los cuentos de hadas. Pero para la reina Sofía de Borbón no ha sido para nada feliz. Su matrimonio con Juan Carlos de Borbón fue solo un mero compromiso de ambas partes. Ninguno de los dos fue feliz en su unión. Para el monarca tener relaciones extramatrimoniales era un desahogo de la situación, pero no así para Sofía.

Para cuando solo era Sofía de Grecia, su corazón pertenecía a Harald de Noruega, pero lamentablemente él no le correspondía en sus sentimientos, porque solo la veía como una amiga, por esta razón no le quedó más remedio que casarse con el para entonces príncipe Juan Carlos. Y así, pasar a ser de ahora en adelante la reina de España. 

La vida dentro del matrimonio no era para nada normal, solo mantenían relaciones íntimas para procrear la descendencia esperada. Cuando nació el hijo varón, Felipe, dejaron de mantener relaciones. A partir de aquí solo llevaban una vida de mentira ante los medios y súbditos. Informa Voces Críticas.

Para Juan Carlos tampoco fue muy fácil, su padre Juan de Borbón lo obligó a casarse con Sofía de Grecia, de la cual no estaba enamorado. Esto lo llevó por años a tener relaciones con otras mujeres. La reina Sofía en todos estos años solo ha sentido el apoyo de su hermana, Irene de Grecia, quien llegó de visita un día para quedarse una semana y ya lleva cuarenta años viviendo en la Zarzuela.

Los reyes no han vivido juntos desde la llegada de Felipe. Cada uno está instalado en un ala diferente del Palacio. La única diferencia es que Sofía vive con su hermana. Toda la soledad que ha sufrido la madre de Felipe VI la hace una persona de poco hablar y casi no empatiza con nadie.

Solo resta decir que en sus 84 años, Sofía no ha sido feliz sino muy contadas veces. Quizás con la llegada de sus hijos y nietos se le vió con un aura diferente. El solo hecho de no haber podido hacer una vida junto a su amor verdadero, Harald de Noruega, la ha llevado a ser una de las mujeres más infelices del planeta.