La flamante abuela Estefanía de Mónaco asistió a un emotivo y especial homenaje junto a los Grimaldi

Estefanía de Mónaco, un día después de la llegada al mundo de su primera nieta, reapareció. Su hijo Louis Ducruet y Marie la hicieron abuela de una hermosa niña que trae alegría a toda la familia, que se reunió este mierecoles por la tarde en la catedral Santa María de la Asunción.

El motivo del encuentro de la princesa con sus familiares fue asistir al homenaje a Rainiero III, quien falleció a sus 81 años, el 6 de abril de 2005.  Los Grimaldi acudieron a una misa brindada por el arzobispo del Principado, Dominique-Marie Jean Michel David, en la que se mostraron con una actitud relajada con gestos de felicidad y unión.

Estefanía de Mónaco llegó en un coche acompañada de su hermana a la catedral donde Louis Ducruet se casó hace cuatro años siguiendo la tradición de la familia. Las mujeres subieron las escaleras que llevan a la iglesia por atrás de Alberto y Charlene de Mónaco, y antes de ingresar, saludaron al grupo eclesiástico que los recibió en la puerta.

El altar estaba decorado con una gran foto del príncipe Rainiero. A la derecha de Estefanía se sentaron sus tres hijos y la princesa Charlene mientras que a su izquierda se colocaron el resto de familiares que concurrieron, entre los que se hallaban Andrea, Pierre y Carlota Casiraghi.

Al finalizar la misa los Grimaldi salieron de a uno de la iglesia, y se despidieron en las puertas. En esos momentos pudimos ver el cariño con el que Carlota se dirigió a su tía Charlene, con dos besos y un abrazo. Normalmente estos gestos no se producen ya que se rigen por el protocolo. También, ayer el príncipe Alberto rompía los formalismos al anunciar en un acto la paternidad de Louis Ducruet y, por lo tanto, el esperado nacimiento de su octava sobrina nieta.