Tragedia final: descubrí la traumática muerte que arruinó el tercer matrimonio de Carolina de Mónaco

Diversos miembros reales en el mundo mantienen en secreto una variedad de historias familiares al ser consideradas como posibles escándalos destructores a nivel mundial, y la monarquía monegasca no es la excepción. 

Por su parte, el tercer y último matrimonio de la princesa Carolina de Mónaco fue una de ellas, teniendo sus altos y bajos, pero hay un hecho en particular que provocó una extensa lista de problemas y la inminente ruptura entre la royal y el príncipe Ernesto de Hannover. 

Y es que, el ex de la princesa sufrió una trágica pérdida cuando uno de sus hermanos menores, llamado Ludwig Rudolph, falleció. Dicho príncipe fue el favorito de Ernesto, y siendo un hombre brillante, estudió derecho y encontró su pasión en la industria musical, convirtiéndose en productor. 

En este mundo, conoció a su futura esposa, Isabelle de Thurn y Valsassina-Como-Vercelli, una condesa de Austria. El par contrajo matrimonio a mediados de 1987 en una extravagante ceremonia que contó con más de 500 invitados. Un año más tarde, le darían la bienvenida a su primer hijo, a quien nombraron Otto. 

A pesar de la evidente alegría, la pareja estaría destinada a un final terrorífico, pues durante su juventud, ambos se hicieron adictos a las drogas y nunca superaron su problemática etapa. De esta forma, Isabelle sería la primera víctima de ello al morir de una sobredosis en noviembre de 1988. 

Según los medios internacionales, ambos eran grandes consumidores de heroína y cocaína. Por su parte, el príncipe Ludwig encontró el cadáver de su esposa horas después del hecho, y luego de pedirle a su hermano que cuidara de su pequeño bebé, se suicidaría de un disparo en diciembre de ese mismo año. 

Ante la trágica serie de hechos, Ernesto de Hannover perdió la custodia del príncipe Otto frente a sus abuelos maternos, y se refugió en el alcohol para sanar sus profundas heridas, otra de las grandes razones por las que Carolina de Mónaco se separaría de él al cabo de unos años.