Exigente y difícil: estas son las tres increíbles comidas favoritas de la reina Isabel II que nadie conocía

Una de las figuras más importantes y respetadas de la historia contemporánea, La Reina Isabel II, fue la monarca del Reino Unido y otros países de la Commonwealth. A lo largo de su reinado, que comenzó en 1952 tras la muerte de su padre, ganó el cariño y el respeto de millones de personas en todo el mundo, siendo emblemática en su papel y desempeñándolo con dignidad y dedicación.

En cuanto a su dieta, la Reina Isabel seguía un plan alimenticio saludable y equilibrado. Su enfoque se basaba en una alimentación baja en grasas y rica en productos frescos y nutritivos. Como miembro de la realeza, tenía acceso a las frutas, verduras y carnes de la más alta calidad.

Según un artículo del medio Food Travel, se revelaron tres de las recetas británicas favoritas de la Reina Isabel:

Earl Grey Darjeeling y bocadillos: Esta era la primera comida del día de la monarca. Consistía en una taza de té Earl Grey Darjeeling con un poco de leche, sin azúcar, acompañado de algunas galletas dulces. Según el chef, las galletas de Chocolate Olivers de la marca Huntley and Palmers eran las favoritas de la Reina.

Afternoon tea: El té de la tarde era un hábito inquebrantable para la Reina Isabel. Esta merienda solía incluir pequeños sándwiches de pepino con queso crema y menta, pasteles de frutas y más té Earl Grey. Además, a veces se podían encontrar pequeños sándwiches de mermelada de fresas escocesas, un placer que la monarca disfrutaba desde su infancia.

Carnes a la parrilla: Cuando se trataba de recetas, a la Reina Isabel le gustaba la simplicidad. Sus comidas principales a menudo consistían en pescado o pollo a la parrilla, como lenguado o salmón, acompañados de espinacas y calabacitas zucchini. Sin embargo, siempre intentaba evitar el consumo de harinas en su dieta. Informa Voces Críticas.

Estas recetas reflejan los gustos y preferencias culinarias de la Reina Isabel, quien mantenía una alimentación saludable y disfrutaba de los sabores clásicos británicos. A lo largo de su vida, dejó una huella significativa no solo en la historia, sino también en la cultura gastronómica de su país.