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LO QUE NATURA NON DA, SALAMANCA NON PRESTA

El extraño caso de la jueza Guadalupe Valdés Ortiz que estudios tiene, más no educación

Este problema de la educación asociado al carácter y función de un ciudadano es tanto más grave cuando esa carencia se da en alguien que ejerce nada menos que una magistratura judicial

El extraño caso de la jueza Guadalupe Valdés Ortiz que estudios tiene, más no educación
martes 30 de mayo de 2023

SALTA (Por Estanislao Mariño) Ya lo decía el célebre Víctor Hugo "El sentido común no es resultado de la educación" y es verdad, no siempre a una magistratura le acompaña el libro "Semillitas" de primer grado. Pues resulta que la educación germina en el seno del hogar, se cultiva primorosamente hasta que da flor cuando esa persona se convierte en un ciudadano útil a la sociedad.

Hemos de decir en este último sentido también que un ciudadano útil y educado, no necesariamente es un hombre o una mujer titulados o doctorados, ya que la experiencia nos dice que doctores hay cuyos comportamientos y vocabularios hacen que a su lado un estibador del puerto sea un miembro de la Real Academia Española.

Este problema de la educación asociado al carácter y función de un ciudadano es tanto más grave cuando esa carencia se da en alguien que ejerce nada menos que una magistratura judicial, tal sería el caso de la Dra. -no olvidemos enunciarla de esta forma, aunque no sepamos si tiene realmente el doctorado realizado, pues de no hacerlo, el costo será el de una reprimenda- Guadalupe Valdés Ortiz, quien parece no haber hallado en el Código Civil el capítulo referido a la educación. De hecho no lo tiene y justamente ello denuncia que la dicha mujer será docta… más no educada.

Porque una cosa es ser instruido, que tiene que ver con el llenado de la cabeza con información que luego se comunica y otra muy distinta es la educación que se relaciona con el desarrollo y perfeccionamiento de las facultades intelectuales, tanto físicas como morales y éticas a través de preceptos. Ser gentil, moderada, diplomática hasta incluso "amorosa" es una consecuencia de una buena educación, a diferencia de mostrar prepotencia, soberbia, mal trato en el decir las cosas hasta llegar a lo grosero y vulgar. Lo cierto es que, como dijo el escritor Miguel de Unamuno: “Lo que natura non da, salamanca non presta”

Hèmonos aquí entonces ante el caso de la dicha jueza, motivo de estas elucubraciones, quien ostenta el dicho título, más hace gala de una ausencia total de educación en su trato diario, tanto que se divulga en los pasillos de la Ciudad Judicial de Salta que cuando ella los atraviesa hasta el cuadro de Dalmacio Vélez Sarsfield se da vuelta por temor a ser ultrajado verbalmente por la tal magistrada..., aunque corren también dudas si será por eso o por la impresión que le produce su "peinado" que espantaría hasta el mismo Freddy Kruger.

El juzgado otorgará dignidades pero es evidente que no facultades como la de maltratar serialmente a cuanto bípedo se le cruza enfrente, aunque no todo es tan malo después de todo, pues se comenta que a su paso provocaría el "Efecto Hamelin", pero a la inversa; es decir, lejos de seguirla hasta los roedores huyen. Tendría esta mujer también la facultad de haber tecnologizado las puertas de la Ciudad Judicial que a su paso se abren solas, no porque sean automáticas, sino por miedo a ser maltratadas para que se abran.

El célebre psicólogo Uberto Da Moringa en su tratado "Sobre la neurosis crónica en los seres resentidos", señala que "Es propio de quienes no han superado el trauma social de la indigencia o el bajo nivel social, alcanzar una dignidad o cargo y ejercitar sobre los supuestos inferiores la violencia contenida en los años de postergación". Parece una contradicción, que alguien que tuvo la oportunidad de estudiar, graduarse y alcanzar nada menos que la magistratura de jueza y hasta de consejera suplente en el Consejo de la Magistratura, no pueda superar ese trauma y desfogue sus furias y frustraciones internas desnudando esta patología psíquica con sus congéneres.

No hemos de abundar en las descripciones que Freud y su teoría de la libido hace al respecto para estos casos de complejo de superioridad, pero tendemos a sugerir que las autoridades del Poder Judicial de Salta, tomen nota de lo que ocurre con esta persona que si de normal se comporta de modo tan desagradable, no queremos imaginar lo que podría llegar a ser en un estado emocionalmente desvariado. Prevenir es mejor que curar.

Tal vez, quizás, estas breves líneas llamen a la reflexión a la jueza, Guadalupe Valdés Ortiz para que cambie su carácter o por lo menos consulte a un facultativo psiquiátrico, porque de continuar así habremos de pensar que el gran Cicerón, padre del Derecho tenía razón cuando dijo aquello que: “De hombres es equivocarse; de locos persistir en el error."

 

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