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El "Animanazo": Cuando el SOEVA sacudió las parras y puso en pie a un pueblo

El "Animanazo": Cuando el SOEVA sacudió las parras y puso en pie a un pueblo
viernes 28 de julio de 2023

SALTA - (Por Ernesto Bisceglia para Voces Críticas) Corría el mes de julio del año 1972, el día 18 para ser más precisos cuando esa noche la paciencia de los trabajadores de la Bodega Animaná llegó a su tope después de seis meses sin cobrar sus salarios y se pusieron de pie en defensa de sus fuentes laborales. Tal vez, la situación no hubiera pasado de ser un conflicto gremial que se perdiera en el tiempo, pero ocurría que todo el pueblo, de una manera u otra dependía de la Bodega.

Tanto era esto así que cuando el Sindicato de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (SOEVA) decidió convocar a una asamblea se dieron cuenta de que había acudido al llamado casi todo el pueblo. Aquella noche no sólo había presentes obreros de la vid sino que estaban los comerciantes, los transportistas, los vecinos que tenían un negocio, en fin, todo un largo rosario de damnificados por la falta de cumplimiento de la Bodega.

Fue aquello prácticamente una pueblada porque todos, obreros y vecinos, decidieron marchar sobre la Bodega para tomar sus instalaciones al grito de expropiarla. Una columna que se desprendió del grupo mayoritario marchó hacia el edificio municipal y lo tomó por asalto. La madrugada ya estaba entrada cuando el humo de la olla popular concitaba en torno de los leños a todos los vecinos: un pueblo en pie de guerra.

Tal es la importancia de aquel movimiento que hasta depusieron al intendente colocando en un lugar a Inocencio Ramírez, el delegado del SOEVA de Animaná. ¡Era desde Güemes el primer funcionario elegido por aclamación popular! Casi nada.

La memoria popular exhuma que aquel intendente "pro tempore" llegó sin embargo a firmar un primer y solo decreto estableciendo el pago de un impuesto (peaje) a cada vehículo que pasara por el pueblo para juntar fondos a fin de sostener la olla popular: la historia recogería estas actitudes tan insólitas como a la vez de un fondo de justicia reparadora como "El Animanazo".

Aquel hecho, con tener un alto valor social y un contenido revolucionario que solamente quizás podría compararse con las jornadas del "Cordobazo" en el mes de mayo de 1969, pasó décadas casi en el olvido porque no había documentación fehaciente sino sólo relatos orales. Pero sí, marcó un hito en la historia de las reivindicaciones sociales. Hoy, esa memoria de "Animanazo" se guarda en el museo que se halla en el SOEVA Cafayate.

Aquella pueblada vallista pasó a la historia contada como canción en los versos de Armando Tejada Gómez y César Isella, cuando dieron a luz "Fuego en Animaná" que inmortalizó la voz de Mercedes Sosa.

En los años setenta la dictadura militar llegó a censurar la letra de esa canción borrando aquellos versos que decían:


“Ayer nomás ardió el pueblo
por la tierra y por el pan,
y la fogata en el valle
no estaba por solo estar”

Así es la lucha por mantener viva la memoria de los pueblos, porque muchos conocen el tema musical, pero son pocos -quizás cada vez menos- los que entienden la razón de aquellos versos y el alma revolucionaria de su música.

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