La talla Moral del General San Martín: Un Legado de Principios y Ética que hemos perdido

SALTA (Por Ernesto Bisceglia para Voces Críticas) Los Héroes, los Padres de la Patria, antes que bronces y mármoles son paradigmas de vida, ejemplos inmarcesibles que proyectan sus virtudes hacia la historia. Son, la referencia, el modelo, el arquetipo del hombre y del ciudadano que debiera construirse desde las aulas. Precisamente, hoy, la figura del General José de San Martín se levanta majestuosa en las horas difíciles enseñando el alto sentido ético, la referencia moral y la actitud patriótica que le reclama el momento a los argentinos.

Fue un claro exponente de la verdadera esencia moral de la historia argentina, contándose entre sus virtudes principales la de haber sido un conductor, un pensador y el Libertador de medio continente.

Se destacan en la figura del General San Martín sus códigos de honor que lo elevaron como un líder para quien la defensa de los intereses de la Patria era un imperativo categórico e irrenunciable. Nada había más importante que la futura Nación y los ciudadanos, categorías por las que había que darlo todo. ¿Cómo robarle al país entonces?

Este Aniversario del paso a la inmortalidad del Gran Capitán, encuentra a los argentinos sumidos en la peor crisis de las últimas décadas recientes, paradójicamente producida por quienes debían haber engrandecido al país, lo cual le otorga mayor sentido a la expresión del Libertador, cuando en una carta a Juan Manuel de Rosas desde el exilio le dice: "Sepa que espero sus órdenes y me pondré en marcha para servir a mi Patria honradamente en cualquier clase que se me destine".

De esa letra se desprende además su humildad: "en cualquier clase que se me destine", quería decir que no le importaban los cargos sino la posibilidad de servir. Y subraya ese acto de humildad diciendo: "Concluida la guerra, me retiraré a un rincón", nunca a un barrio privado.

Mientras pareciera amenazar hoy el fantasma del desguace social, para San Martín, el concepto de soberanía y de integridad territorial eran factores indisolubles que hacen a la grandeza nacional. Conducir desde un cargo público era para él, el mayor acto de servicio. Es decir, la Patria era lo primero, por eso lega su sable a Rosas “como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de le República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.

Hoy, se entregan pedazos de territorios y se pretende crear otros "territorios libres" dentro del mismo Estado argentino.

Fue también el hombre del pensamiento crítico y un gobernante correcto que puede resumir en el sentido más profundo de la palabra integridad. La honestidad de sus procedimientos que le impedían tomar siquiera una moneda del erario público. Entregó la paz que pudo hallar en una vida acomodada por la Causa de la Independencia sin que se le cruzara jamás la satisfacción de algún interés personal.

Cuidó la vida humana en todas las formas posibles a pesar de que su oficio era matar enemigos, estableciendo códigos de conducta que respetara la dignidad de todas las personas incluso en tiempos de guerra.

Tuvo como parámetro a la equidad y creía en la igualdad así como en la justicia plena para todos, sin importante raza o estado social o económico, ocupándose de combatir a todo tipo de discriminación.

La historia es más o menos conocida, pero en esta fecha, lo importante es resaltar el legado moral del General San Martín que trascendió a los aspectos puramente militares. Hoy, la figura del Libertador se alza como un referente para lideres y ciudadanos de una manera universal y esas categorías y valores que lo caracterizaron debieran constituirse en ejemplo para los hombres públicos. Como se ve, no es así; entonces que lo sea para los ciudadanos y que sepamos enseñarlos a las generaciones por venir.-