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Escapada real: así es el insólito plan de la reina Sofía para no quedarse más tiempo en Mallorca
La reina emérita ha disfrutado de un día de amigos de manera cultural y lo ha cerrado con una hermosa velada
A finales de julio, la Reina Sofía aterrizó en el aeropuerto de Palma de Mallorca, su refugio estival por excelencia durante el verano. Fue avistada llegando al Palacio de Marivent en un vehículo oficial, resaltando así su estancia para aprovechar al máximo el mes restante. A lo largo de estas semanas, la madre del Rey Felipe VI ha explorado diversos lugares de la isla, como los Jardines de Alfabia, Puerto Portals y la sierra de Tramuntana. Además, ha compartido cenas con los Reyes y sus hijas, y ha disfrutado de idas al cine en compañía de sus nietas y la Reina Letizia.
A esta lista de actividades estivales se suma su más reciente excursión. La Reina emérita visitó la Fundación Yannick y Ben Jakober y el Museo Sa Bassa Blanca en Alcudia. No lo hizo sola, sino en compañía de su hermana, la princesa Irene de Grecia, su prima Tatiana Radzwill y su esposo, el prestigioso cardiólogo francés Jean Henri Fruchaud, junto con su amiga Begoña Bilbao de Ensenat y su nieto.
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Juntos exploraron el espacio Nins, una colección de retratos de niños y jóvenes de Casas Reales europeas y aristócratas, así como la sala Sokrates y la casa Hassan Fathy. Para esta ocasión, doña Sofía optó por una blusa oversize de rayas blancas y azules con solapas, que combinó con pantalones blancos y sandalias. Como accesorio, llevaba un collar largo a juego.
Después de recorrer las instalaciones, explorando las diversas salas de exposiciones con la guía de los patronos fundadores y artistas, Ben Jakober y Yannick VU, junto con la directora Administrativa Kika Ossorio, la esposa de Don Juan Carlos y el grupo al completo disfrutaron de un almuerzo en el Café La Paloma, dentro del mismo museo.
Esta misma semana, la madre del rey Felipe VI también disfrutó de una agradable velada en compañía de sus allegados de confianza. Según informó un diario local, eligieron el restaurante Mirador Na Foradada, en el municipio mallorquín de Deià, en pleno corazón de la sierra de Tramuntana. Informa Voces Críticas.
El restaurante cuenta con vistas panorámicas que los comensales pueden disfrutar, siendo los atardeceres una de las experiencias más atrayentes. De hecho, la web del restaurante destaca este paisaje, reconocido como patrimonio mundial por la UNESCO.
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