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La verdadera y oscura razón por la que la reina Sofía jamás se divorció de Juan Carlos I

Más allá de querer mantener las apariencias, existe otra cuestión por la que la emérita nunca abandonó a su esposo

La verdadera y oscura razón por la que la reina Sofía jamás se divorció de Juan Carlos I

Pese a que la reina Sofía y Juan Carlos I ya no son una pareja estable, ambos han decidido mantener su matrimonio y continuar sus vidas por separado. Aunque esta decisión ha generado una gran controversia dentro de la familia real, existe una explicación muy concreta por la que los monarcas optaron por no divorciarse y que nada tiene que ver con mantener las apariencias.

Al parecer, aunque la reina Sofía detesta profundamente a Juan Carlos I es una de las grandes beneficiarias de la fortuna del emérito que, según trascendió, es de más de dos mil millones de euros. Pese a que se desconocen los negocios que el monarca español ha llevado a cabo para construir dicha fortuna, su esposa no ha querido renunciar a este importante beneficio.



Además de ser una de las herederas cuando Juan Carlos I muera, la reina Sofía tiene el derecho legal de hacer uso de esa fortuna en vida. Según reveló la prensa española, los viajes a Palma de Mallorca y a Londres son costeados con el dinero del emérito, debido a que con su sueldo real no le alcanza para cubrir todos sus gastos. Informa Voces Críticas

Otro importante detalle que se reveló recientemente es que Sofía de Grecia es una participante activa de las cuentas que Juan Carlos I tiene en el exterior. Además de gastar el dinero de su esposo, la histórica monarca está al tanto de todos sus negocios turbios. De todas formas, la emérita mantiene la distancia para evitar que la involucren en las acusaciones contra el padre de sus hijos.



Otros integrantes que disfrutan del dinero ilícito de Juan Carlos I son las infantas Elena y Cristina, y todos sus hijos. Al igual que la reina Sofía, tanto Victoria Federica como Froilán utilizan la fortuna del monarca para pagar sus viajes al exterior y sus caprichos más costosos. En el caso de los Urdangarin, usan el dinero de su abuelo para costear sus estudios en las mejores universidades privadas del mundo.

Pese a que durante mucho tiempo se dijo que la reina Sofía no quería divorciarse de Juan Carlos I para mantener la dignidad, lo cierto es que había otros intereses mucho más importantes. La histórica monarca no quiso despegarse de la acaudalada fortuna de su esposo y verse obligada a sobrevivir con la mensualidad que, por ahora, le otorga el Palacio de Zarzuela.

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