Se revela que Sarah Ferguson ayuda económicamente al príncipe Andrés: este es el insólito motivo

Sarah Ferguson, la duquesa de York, está considerando un emocionante giro profesional que la llevaría a los estudios de televisión en los Estados Unidos, con la intención de brindar apoyo financiero a su exmarido, el príncipe Andrés, quien se encuentra lidiando con costosas renovaciones en su residencia conjunta.

La duquesa de York está en conversaciones avanzadas para presentar su propio programa de entrevistas en los Estados Unidos, después de reunirse con la experimentada productora de televisión, Amy Rosenblum, en Nueva York. Rosenblum compartió detalles reveladores sobre el encuentro, señalando que Sarah expresó su deseo de tener su propio programa.

Fuentes cercanas a Disney Studios indican que la duquesa de York tiene la esperanza de ganar alrededor de 2.5 millones de dólares al año con su programa, con la posibilidad de un aumento sustancial si este se convierte en un éxito. Se reconoce que Sarah siempre ha disfrutado de una buena recepción en los Estados Unidos. Informa Voces Críticas.

La relación entre Sarah Ferguson y el príncipe Andrés, a pesar de su divorcio en 1996, es sólida, y ambos comparten actualmente el Royal Lodge, una extensa mansión con 30 habitaciones rodeada de vastos jardines, ubicada a unos 40 kilómetros de Londres. Se ha señalado que Sarah está dispuesta a contribuir al pago de las costosas obras de mantenimiento necesarias en su residencia cercana al Castillo de Windsor, que podrían alcanzar los 3 millones de dólares.

Una fuente cercana a la pareja comentó: "Sarah está comprometida en ayudar a Andrés a mantener lo que ella considera su hogar familiar. Ella reside en el Royal Lodge cuando se encuentra en el Reino Unido, y es una parte esencial de su vida familiar". Aunque la sostenibilidad a largo plazo puede plantear desafíos, su determinación en apoyar a su exmarido es evidente.

Tras el fallecimiento de la reina Isabel II en septiembre del año anterior, el rey Carlos III hizo esfuerzos para persuadir a su hermano Andrés, afectado por las acusaciones relacionadas con la red de pedofilia de Jeffrey Epstein, a abandonar la residencia debido a necesarios trabajos de restauración. No obstante, el príncipe Andrés logró un contrato de arrendamiento por 75 años. La casa había sufrido un deterioro considerable, y Andrés invirtió hasta 9 millones de dólares de sus propios fondos para la renovación del edificio, lo que lo llevó a rechazar la idea de mudarse. Finalmente, el rey permitió que el príncipe Andrés permaneciera en el Royal Lodge con la condición de que sufragara el costo de las obras.