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ANÁLISIS

¿Cuáles son las principales preocupaciones de los inversores de Wall Street sobre la situación del país?

El miedo a una vuelta de Cristina Kirchner, el enigma Vidal y el rol del peronismo alternativo son algunas de las inquietudes que se viven en los mercados internacionales

¿Cuáles son las principales preocupaciones de los inversores de Wall Street sobre la situación del país?
Por Redacción Voces Críticas
lunes 06 de mayo de 2019

ARGENTINA.- (Por Sergio Berensztein para TN) La semana pasada tuve la oportunidad de reunirme con algunos de los principales fondos de inversión de Nueva York, lo que me permitió conocer cuáles son las principales preocupaciones, dudas e incluso sesgos o prejuicios que tienen cuando analizan la situación del país. Se trata de los agentes económicos que más frecuentemente compran y venden bonos soberanos, acciones y otros activos financieros de la Argentina.

Todos los inversores manifestaron una enorme inquietud respecto de lo que está pasando en Argentina, no solamente por la inestabilidad macroeconómica, que la mayoría cree que se puede limitar e incluso tender a controlar a partir de la flexibilidad mostrada por el Fondo Monetario Internacional, sino sobre todo por la cuestión político-electoral. Es natural: estamos ante un proceso caracterizado por una enorme incertidumbre.

 

El regreso de CFK

Existe mucho miedo a que Cristina Kirchner regrese al poder, incluso algunos temen que, si retiene un volumen significativo de apoyo, la gobernabilidad en el próximo período pueda quedar comprometida. En el mercado creen que sólo por el hecho de mostrarse competitiva en las PASO, antes de la elección de octubre la fuga de divisas sería imparable, con el evidente riesgo de contagio al sistema financiero en su conjunto. Siempre hay una alta dolarización de activos en años electorales, que se podría incrementar si los ahorristas, por el pánico, sacan sus depósitos y compran dólares para evitar el riesgo de potenciales expropiaciones, controles extremos y cepos, como ocurrió a partir de 2011 en adelante. Es cierto que mirando el comportamiento electoral de la Argentina hasta ahora, donde han predominado los incumbentes y en particular han ganado solamente los candidatos moderados en las siete elecciones que hemos tenido (dos para elegir gobernador en Neuquén y Río Negro y cinco primarias en La Pampa, San Juan, Chubut, Entre Ríos y Santa Fe), estos resultados condicionan en principio las chances de Cristina. Hubo algunos sondeos que la daban como ganadora y que fueron también cuestionados o puestos en contexto con otras encuestas o incluso por los propios autores.

Debe tenerse en cuenta que hay aún un número muy significativo, cercano al 40%, que no ha decidido su voto. Es importante enfatizar este punto porque estamos frente a un proceso electoral extremadamente incierto donde la capacidad predictiva de las encuestas es prácticamente nula. Indudablemente, un retorno de Cristina también tendría importantes consecuencias en el orden geopolítico dada esta suerte de reedición de la Guerra Fría entre Rusia y EEUU, que tiene por ejemplo a Venezuela de rehén. En ese plano, entre los inversores la probabilidad de que Argentina se quede alineada de nuevo con el “eje bolivariano” produce pánico, e implicaría un derrumbe adicional de bonos y acciones, impactando aún más en la ya alicaída actividad económica. Este terremoto financiero alteraría la dinámica política del proceso de sucesión presidencial mucho antes de las PASO, ya que los mercados siempre se adelantan.

Macri gana... ¿y después?

Un triunfo de Mauricio Macri también genera dudas: ¿qué versión de él vamos a tener en un eventual segundo período? Es evidente que su figura está debilitada, pero todavía es competitivo y existen todo tipo de especulaciones acerca de si puede ganar o no. Pero si resultase reelecto, ¿cómo se comportará? ¿Hará algo parecido al primer mandato o será el Macri que muchos esperaban y no tuvieron? Las opiniones se encuentran divididas: algunos creen que será el Macri de siempre, cerrado, poco afín a los acuerdos, híper presidencialista, que avanza en función de una agenda de corto plazo sin un plan estratégico. Por el contrario, esperanzados en este intento de acordar políticas de Estado con la oposición, otros esperan que esté más comprometido con las reformas; listo para hacer la diferencia en términos de una agenda transformacional; un Macri más abierto y probablemente pensando en un legado sustantivo.

Un enigma llamado "María Eugenia Vidal"

Muchos consistentemente preguntan por el famoso (¿y tal vez malogrado?) Plan V, que el presidente y Marcos Peña están tratando de desalentar, y opinan que se traduciría en una mejora notable en la competitividad de Cambiemos. Hemos visto una fuerte presión del establishment dentro y fuera de la Argentina en favor de esta alternativa. En mi opinión, sin embargo, en sí misma no considero que sea una jugada tan efectiva. Al margen de las credenciales de María Eugenia Vidal y de su imagen positiva, que supera ampliamente a la del actual mandatario, 45% a 31%, respectivamente, ¿podrá la gobernadora de la provincia de Buenos Aires capitalizar esos números de forma tal de terminar convirtiéndolos en potenciales votos? No es una tarea tan sencilla, automática ni carente de riesgos. Ninguna persona puede hacer una diferencia, no hay magia tampoco en cuestiones electorales.

Tiene que haber una planificación detallada de los puntos en los que Vidal habría de diferenciarse de Macri para no cargar con su desgaste e impopularidad. También, un Macri convertido en un pato rengo, sin reelección, quedaría con menos poder aún: ¿cómo influiría esto en el manejo de la crisis económica? Si la candidatura de Vidal, por el contrario, implica un realineamiento de la estrategia política, incluyendo la ampliación de la coalición y un planteo más flexible y pragmático respecto de la lógica de un potencial gobierno, es probable que el resultado que desean los mercados tenga más chance de concretarse.

La elegibilidad del peronismo alternativo

Hay dudas respecto de cuán elegible podrá ser el peronismo alternativo. En particular, hay dudas respecto a la resolución de la puja por la candidatura entre Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa. Muchos consideran que, potencialmente, el rol de Juan Schiaretti puede ser clave a partir del 12 de mayo, cuando se decida la elección a gobernador en Córdoba. Los inversores se preguntan, también, hasta qué punto este espacio puede capitalizar al votante decepcionado de Macri, y en una eventual segunda vuelta entre el Presidente y Lavagna, por ejemplo, si el votante de Cristina votaría por el exministro de Economía. Pero en lo que sí coinciden es que el 60% del electorado argentino se siente mucho más identificado con posturas moderadas, ya sean de Cambiemos o del Peronismo Alternativo, que con posturas radicalizadas encarnadas básicamente en Cristina o en sectores vinculados al trotskismo o la CTA.

Encontramos aquí un conjunto interesante de matices para mantener una mirada relativamente optimista, más allá de los nombres, considerando justamente las preferencias subyacentes de los votantes, es decir, qué tipo de candidatos votan y a quiénes rechazan. Y también, qué consistencia hay entre el apoyo nacional y el apoyo provincial, si puede alguien que votó por Uñac o por el Movimiento Popular Neuquino (MPN) apoyar a Cristina, qué tan flexible es el electorado para apoyar figuras moderadas a nivel provincial y tan radicalizadas a nivel nacional.

Los inversores de Wall Street con respecto a cuán elegible podrá ser el peronismo alternativo. (Fuente: DYN)

El día D para el mercado es el 22 de junio: ahí se acabarán las especulaciones respecto de quién efectivamente compite por la presidencia, cuán fragmentada será la oferta electoral y sobre todo qué harán la mayoría de los gobernadores peronistas. Esto es sin duda decisivo: para Cristina, organizar una campaña y fiscalizar la elección sin su apoyo puede resultar más difícil que enfrentar a un alicaído Macri. El peronismo siempre fue un obstáculo para que pudiese consolidar su proyecto de poder. Intentó Duhalde y no pudo en 2005, pero más tarde ocurrió lo contrario, en 2009, 2013, 2015 y 2017. Ya lo dice el saber popular: no hay peor astilla que la del mismo palo.

Por Sergio Berensztein para TN

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