No tiene perdón: sacerdote abusaba de monjas y luego las confesaba

BUENOS AIRES.- (Redacción Voces Críticas) Tres monjas de la Congregación Hermanas de San José, se animaron a relatar en televisión los abusos sufridos por el sacerdote Manuel Pascual, alias "Santito".

Según comentaron, el religioso, quien puede ser condenado a más de 40 años de prisión, primero las sensibilizaba con temas personales, les inculcaba una "absolución" del dolor que llevaban consigo y, previo a violarlas, les proponía "gozar".

En una entrevista con Telenoche, las víctimas contaron que tras someterlas, estando ellas con el hábito puesto, las confesaba en las instalaciones que ocupan toda una manzana para la Congregación en Ernesto Bavio 2816, en el barrio porteño de Núñez.

Pascual, quien era el líder espiritual de esa comunidad, les prohibía hablar entre ellas, las obligaba a algunas a estar a dieta e incluso les impedía tener acceso a la medicina.

Las monjas afirmaron que acudieron primero a la Iglesia, pero les dio la espalda. Posteriormente fueron a la Justicia, que procesó a Pascual y lo envió a la cárcel de Ezeiza con prisión preventiva.

Además denunciaron que el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, se ofreció a modo personal como aval de la prisión domiciliaria que pretendía conseguir Pascual para seguir detenido en el Hogar Sacerdotal Monseñor Mariano Antonio Espinosa.

No obstante, la Cámara del Crimen, rechazó el pedido y al momento el sacerdote seguirá preso en Ezeiza, según determinó el juez de primera instancia Javier Sánchez Sarmiento.

Por su parte el arzobispado de Buenos Aires emitió un comunicado sobre la denuncia por abuso sexual contra el presbítero Manuel Pascual, en donde detalló que “la investigación fue elevada a la Congregación para la Doctrina de la Fe en la Santa Sede”, y que dicho organismo ordenó un proceso judicial canónico a cargo del Tribunal Eclesiástico Bonaerense.

Además el arzobispado recordó que desde el inicio del proceso penal respondió a los requerimientos del Tribunal Nacional, y reiteró su "compromiso de seguir trabajando para evitar dentro de la Iglesia toda clase de abusos".