Pasaron las PASO y llegan las generales: de ganadores y no tan perdedores

SALTA.- (Por Carolina Mena Saravia para Voces Críticas) Con los números de las PASO en la mano, los candidatos se alistan para otra instancia electoral, esta vez la definitiva. Independientemente de los planteos realizados en la Legislatura acerca del voto electrónico, parecería ser que el primer mandatario provincial saliente se llevaría consigo y por arrastre algunas cosas que dejó instaladas en la provincia, como el voto electrónico. Todo está por verse, aunque algunos arrogan “falta de tiempo para voltear el sistema”, el tema ya fue puesto en el tapete, haciendo gala del consabido dicho: “A rey muerto, rey puesto”.

No todo fueron certezas en el ámbito provincial, también se registraron sorpresas. En primer lugar los números arrasadores obtenidos por el intendente Sáenz, tan arrasadores que fueron la causa por la cual, primero como tímido bisbiseo y luego a viva voz, se levantó el manto de la duda sobre la seguridad y veracidad del voto electrónico, planteo que fue expuesto en la sesión del martes de la Legislatura provincial. “Ganó en departamentos donde ni lo conocen a Sáenz”, “No entiendo la brecha de números entre las PASO nacionales y las provinciales con tan poco tiempo de diferencia”, fueron alguno de los argumentos que esgrimían las mesas políticas, donde el primer sorprendido fue el candidato del Frente de Todos Sergio Leavy.

Esa es la punta del iceberg. Adentrándonos en el mar de fondo, merecen analizarse los números de la interna para intendente del Frente Gustavo Sáenz Gobernador, donde también se registraron sorpresas. Apapachados bajo el ala del precandidato Matías Posadas estaban Adrián Valenzuela, Mario Peña, Mónica Juárez y Cristina Gómez.
La disputa subterránea se registraba entre los dos periodistas: Chico Malo Valenzuela y Mónica Juárez. Valenzuela no es ningún novato, ya carga con un revés contundente en 2015 cuando se presentara como candidato a senador provincial por el oficialista Frente Unidad y Renovación de entonces. Buen conteo de votos lo acompañó en las PASO, pero se vio arrastrado por el tsunami PRO de la mano de Gustavo Sáenz. En la campaña había enfrentado graves denuncias sobre su vida personal. “El que nada debe, nada teme. Nunca le levanté la mano a una mujer”, sentenciaba Valenzuela en aquel 2017.

Haciendo honor a su sobrenombre, ya anunciada su candidatura en abril de este año, Chico Malo se presentó en un programa televisivo local, asegurando que en esa oportunidad terminó compitiendo con Sáenz y que Guillermo Durand Cornejo, excontrincante en esa elección, debería hoy “estar mimando a los nietos”. Toda una muestra de altanería y mala educación para un político de carrera, de parte un novato “político” con aspiraciones, que si nos rigiéramos por las cucardas obtenidas, todavía no se estaría viendo ninguna.

Lo cierto es que pese a los rumores de las cuestionadas encuestas antes de las PASO, Valenzuela le llevaba la delantera con dos puntos por encima a Juárez. Nada de eso resultó veraz, ya que los números mostraron una diferencia contundente a favor de la conductora de Lado B, con cerca de 33.000 votos a favor. 

Hoy están del mismo lado de la chalana, todos encolumnados en las huestes de Bettina Romero. Caminata y moderación verbal serían las recomendaciones para Valenzuela, porque tener un programa radial no significa que el radio de acción (valga la redundancia) resulte favorable sempiternamente. Esta vez, del otro lado, también hay una periodista del pueblo, carismática y frontal, que supo ganarse el cariño de la gente. Lo cierto es que también, en estas elecciones, a pesar de los bolsones y los destratos, el pueblo piensa, y eso no es poca cosa.