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POR FRANCO ALVARADO PARA VOCES CRÍTICAS

La solidaridad al tacho: se terminó la luna de miel en Salta

El helado hizo agua a causa de las tan mentadas cooperadoras asistenciales, hoy son el botín de guerra disputado entre la gobernación y la municipalidad, botín que fue birlado impunemente por la primera

La solidaridad al tacho: se terminó la luna de miel en Salta
sábado 11 de enero de 2020

SALTA.- (Por Franco Alvarado para Voces Criticas) Todavía no arribamos a la primera mitad de enero y ya comenzaron a avistarse gruesos nubarrones en el cielo salteño. Claro, cuando aún deberíamos estar transitando las mieles de la nobel convivencia entre primer mandatario provincial e intendenta capitalina, la realidad es que ambos personajes están poniendo sobre cajas lo que “dimisso capite” venía deslizándose en la campaña.

El helado hizo agua a causa de las tan mentadas cooperadoras asistenciales, que a colación con la misión estampada en su nombre, la de “asistir” a los sectores más vulnerables, hoy son el botín de guerra disputado entre la gobernación y la municipalidad, botín que fue birlado impunemente por la primera.

Este fue el último hervor de la olla que hizo rebalsar el caldo, diría un viejo lobo de mar, baqueano en lavado de trapitos sucios políticos. Mientras el despeinado y desalineado gobernador entonaba las estrofas, no del himno nacional, sino del himno popular “Rosa Rosa” del célebre Sandro de América, gran parte de su equipo miraba con recelo y desconfianza el avance a paso firme de Bettina Romero, por esto de que “dime de qué alardeas y te diré de qué careces”, como enarbola el dicho popular.

Dueña de un carácter firme y un hablar tranquilo, Bettina hasta ahora demuestra destreza y habilidad en esto de la cosa pública. Consciente de su rol desde que asumió, se mantiene al frente de su responsabilidad, organiza reuniones con sus equipos de trabajo, comunica su gestión de forma precisa y no se tomó vacaciones.

Como contrapartida, en la vereda provincial y emborrachados de las mieles del triunfo, los flamantes mandatarios gubernamentales huyeron como estampida de ñus en el Serengeti africano, en una suerte de carrera del más veloz pero no del más hábil. Pinamar, Cariló,  Miami y playas del Caribe fueron algunos de los destinos elegidos de esta casta de políticos si no “nuevos”, sí desesperados por “descansar de un año electoral agotador”, como se hartaron de definir a este año que, aunque duro, trajo una ventaja aplastante para el gobernador Sáenz y su equipo, en el que no dudaron en asestarle infames y mentirosos golpes bajos a su contrincante Leavy, acción felona si la hubo.

La carrera de cuatro años es larga y, con la inseguridad que los caracteriza como estandarte, ya dieron rienda suelta para llevar adelante lo que venían mascullando en campaña: cercenar el poder de Bettina, “no vaya a ser cosa que se le ocurra mirar, dentro de cuatro años, a la gobernación”. Claramente un objetivo no imposible, dado que su padre exmandatario provincial se encuentra atrás, cuidando sus espaldas desde en el armado de su gabinete hasta en las decisiones de base.

“Si bien celebro que haya un plan alimentario, se trata de una medida nacional que igual iba a llegar y que nada tiene que ver con el financiamiento de las cooperadoras”, afirmó la intendenta en la reunión que mantuvo con el presidente del Foro de Intendentes, Daniel Moreno, y el coordinador de Enlace y Relaciones Políticas de la Provincia, Pablo Outes. “Era bueno quitarles presión tributaria a los comercios y empresas, pero no se previó cómo reemplazar el monto que se dejó de percibir”, espetó Bettina a un Loro que resistía con cara de nada los embates.

Como un viejo sueño recurrente vuelve al tapete la causa por hechos de corrupción en la gestión municipal de Gustavo Sáenz y en una prestadora, ahora el juez federal Julio Bavio dispuso que parte de las mismas sean investigadas por la Justicia provincial. En la causa se sigue la pista a  maniobras ilícitas tendientes por un lado a evadir impuestos, y por el otro a cobrar por trabajos no concretados, actos en perjuicio de la Municipalidad de Salta y la empresa Aguas del Norte.

En los pasillos de tribunales, algunos ríen por lo bajo al llamar a este incidente “la causa Llorona”, se aparece cuando menos la esperás y quita el sueño a más de un funcionario, habiendo llevado a otros al paroxismo de tener que recalar en el nosocomio más próximo, con visita de primer mandatario provincial incluida.

No es para menos, son muchos los puntos débiles en estos primeros tiempos de gobierno Sáenz. Sigue la corriente nacional de suspender los aumentos por 180 días, pero no deja de nombrar asesores perdidos, de esos que desde antes que termine la gestión de Urtubey vienen tocando puertas con padrinos a cuestas, pretendiendo desde los cargos más encumbrados y terminando por conformarse con asesorías de pacotillas, como Pamela Calletti por ejemplo, al mejor postor, laboral digo..., a no confundir, por favor.

Mesura y coherencia es lo que aconsejo desde mi confundido ánimo, por momentos acongojado por los nefastos pronósticos de economistas, y por otros con esperanzas de que un futuro sin nubarrones, a la larga, es posible. Me pregunto si este equipo de gobierno provincial estará a la altura de las circunstancias, pero mano firme todavía no se vio. Ingenio para cercenar espacios de poder municipal es lo que hasta ahora sobra. Eso no es todo en la “res publica”, decían los maestros romanos. En este Jumanji salteño, todo es posible, al menos Sáenz ya tiene las botas puestas y no se las saca por nada del mundo.

Franco Alvarado

 

 

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