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POR FRANCO ALVARADO PARA VOCES CRÍTICAS

Abeleira… ¿Y los datos, dónde están?

En realidad, hoy no se sabe si Abeleira le dio un golpe a la desnutrición… o dio el “Gran Golpe”.

Abeleira… ¿Y los datos, dónde están?
Por Redacción Voces Críticas
viernes 17 de enero de 2020

SALTA.- (Por Franco Alvarado para Voces Críticas) Eran los últimos tiempos del gobierno de Juan Manuel Urtubey, cuando se proclamó a todos los vientos la creación de lo que sería según algunos “la joyita” de la corona, la creación del Ministerio de la Primera Infancia. Con esta cartera se pensaba dar un golpe a la desnutrición y a la mortalidad infantil. 

Al frente de dicho ministerio fue nombrado Carlos “Charly” Abeleira, quien no sabía distinguir entre una hipodérmica y un pañal descartable, pero allí fue el hombre que hasta entonces había manejado los números de la Municipalidad de la Capital durante la gestión de Miguel Isa. En realidad, hoy no se sabe si Abeleira le dio un golpe a la desnutrición… o dio el “Gran Golpe”.

Así se comenta, que ya sentado en el sillón del Grand Bourg, se dotó a ese ministerio de un presupuesto millonario, supuestamente acorde a la batalla que debía enfrentar. Para librar esa épica gesta de la salud, Abeleira contrató al renombrado médico Abel Albino, que nadie sabe ahora para qué vino, pero que habría cobrado por ponerle el logo de su institución, una suma mensual de seis ceros. 

En realidad, lo que quedó en cero fue la gestión del dúo Abeleira-Albino, porque la provincia terminó en el podio entre los ganadores con los más altos índices de pobreza, indigencia y desnutrición, como ahora viene revelando la realidad. 

Justamente, de revelar se trataba y así Abeleira la emprendió con un programa de relevamiento de datos para formar una base que serviría para el mejoramiento de las políticas públicas de salud. Incluso, el prestidigitador Abeleira, se habría aprovechado del trabajo informático de un conocido sanitarista salteño, quien de buena fe –y a título gratuito- colaboró con su gestión poniendo tiempo, conocimiento, personal, vehículo y hasta los sandwichs en los viajes al interior, ya que al hombre, le interesaba más la salud, que el dinero. 

Abeleira que pensaba al revés, armó una buena base de datos que dio en llamar “Proyecto Horus”, quizás en honor al mítico dios egipcio con cabeza de halcón, que como bien se sabe es ésta un ave de rapiña. Casualidad, quizás. 

Hay que mencionar que el "Fast and the Furious" de Abeleira, provenía del famoso Grupo Esparta –siempre esotérico el hombre-, que era un proyecto que manejaba lo que se dio en llamar el “Microdato”, pagado con fondos municipales generosamente autorizados por Miguel Isa y con el que armaron otra base de datos, esta vez política, con la cual se pretendía conocer hasta qué abuela tenía una familia para organizar y ganar una campaña política. Alguien debe haber fallado, o Abeleira o los de Esparta, porque el hecho es que a Miguel Isa le fue como a los “300 Espartanos” en las Termópilas; Leavy lo dejó como Jerjes, sin nada. 

Volviendo al ínclito Abeleira, se marchó cuando terminó el gobierno de Urtubey, pero al mejor estilo de Belgrano, en el éxodo dejó tierra arrasada para el que venía, porque la flamante gestión del gobernador Sáenz no encontró ni lápices en los cajones.

Los comentarios afirman que Abeleira, ya en tiempos de su primado ministerial y apropiado del trabajo de datos ajenos, solía viajar a países vecinos –Paraguay, por ejemplo- y otros del Globo y habría vendido su “Horusen la friolera de unos U$S 150.000 el paquete a cada uno de los incautos que pensaban que era obra de su cerebro. 

Sería también el caso de que mientras Abeleira se habría rapiñado el trabajo ajeno, a su vez lo habría cobrado en sumas jugosas al Estado salteño, ya que su presupuesto era mayor al propio del ministerio de Salud.
 
Hoy, la Ministro de Desarrollo Social, Verónica Figueroa, anda como el “Penado 14” haciendo señas porque se le mueren los chicos y no tiene la más remota idea de dónde está parada, sencillamente porque el “Charly” se llevó todo y lo seguiría vendiendo alegremente en eventos internacionales y a gobiernos que sicarios suyos van contactando. Se cuenta, también, que en cada presentación –porque se habría apropiado hasta del Power Point-, el dicho Abeleira se presenta como un investigador de fuste en la materia. 

En suma, Abeleira vuelve al ruedo mediático mencionado, no por sus logros, porque no obtuvo ninguno, sino otra vez envuelto en la bruma de circunstancias “Non Santas” y siempre relacionado con facturas truchas, lobbys inconfesables y supuestos contubernios reñidos con la ética. 

Por ahora recién se está levantando la tapa del cesto de la basura y el mal olor preanunciaría que el contenido está podrido. Será cuestión de que alguien comience a revolver entre los desechos y capaz que al fondo de toda esta supuesta pudrición, se encuentre con el “Charly” y su “Horus” desplumado.

Franco Alvarado

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