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POR CAROLINA MENA SARAVIA PARA VOCES CRÍTICAS

9 de julio, el latir de un pueblo

Hoy más que nunca, a meses de elegir a nuestros representantes, reivindiquemos esta gesta

9 de julio, el latir de un pueblo
Por Redacción Voces Críticas
martes 09 de julio de 2019

SALTA.- (Por Carolina Mena Saravia) Asoma el 9 de julio, aniversario de la gesta patriótica que conmemora la independencia de las Provincias Unidas. Hoy más que nunca, a meses de elegir a nuestros representantes, reivindiquemos esta gesta.

Celebramos una fecha histórica en el sentir nacional: la declaración de nuestra independencia como nación libre y soberana. El Tucumán de 1816 era, por ese entonces, una ciudad tranquila, con áreas delimitadas conforme a la característica cuadrícula hispanoamericana, en este caso de nueve manzanas distribuidas alrededor de una plaza central como espacio público donde no existían murallas circundantes.

Las calles eran de tierra, tenían desniveles, carecían de piedra de río, tampoco tenían arena y cal. Al caer el agua de lluvia, esta quedaba estancada en gran parte de ellas y “en otras corría, torrencialmente, ocasionando profundas zanjas, que impedían el tránsito de las carretas, carretillas de carne y de pasto. Estas últimas circulaban en gran número, ya que no había casa donde no se cuidara, a pesebre, uno o más caballos”, relata Julio P. Ávila en su memorable “La ciudad arribeña. Tucumán, 1810-1816. Reconstrucción histórica”.

Sirva esta descripción introductoria como escenografía para ilustrar los tiempos en que se desarrolló el Congreso de Tucumán, convocado por Ignacio Álvarez Thomas, político y militar nacido en Perú, gesta que culminó con la declaración de la independencia de los dominios españoles, pero que había comenzado tiempo atrás con los sucesos de mayo de 1810.

El Congreso de las Provincias Unidas

El Congreso de las Provincias Unidas del Río de la Plata dio comienzo el 24 de marzo de 1816, antes de la salida del sol, cuando se dispararon 21 cañonazos para despertar a la población, anunciándoles la apertura, acontecimiento largamente esperado en la ciudad. Dada la ausencia de coches como medio de transporte, los diputados de todas las provincias arribaron en carretillas, “inclusive los de Buenos Aires”, afirma Julio P. Ávila.

A las nueve de la mañana se reunieron en la hoy conocida como Casa Histórica de Tucumán, inmueble que originariamente pertenecía a doña Francisca Bazán de Laguna. La propiedad, estando en manos de sus descendientes, había sido alquilada tiempo atrás al Estado y asignada a las sesiones del Congreso. A poco de reunirse, los diputados se dirigieron al templo de San Francisco, donde se ofició la misa del Espíritu Santo, “implorando así sus divinas luces y auxilios para el mejor acierto de sus deliberaciones”.  A su regreso eligieron como presidente interino al doctor Pedro Medrano, “el cual prestó juramento ante el más anciano y, sucesivamente, todos los demás ante el presidente”, fijándose como fecha de comienzo de sesiones, al día siguiente, 25 de marzo.

Los asistentes

Concurrieron los representantes de todas las provincias argentinas, con excepción de las integrantes de la Liga Federal (Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental) debido a la situación de guerra de hecho que Gervasio Artigas mantenía con el gobierno central de Buenos Aires; hasta la provincia de Córdoba, también miembro de la Liga, dubitativa en un principio, terminó enviando sus diputados.

Las provincias del Alto Perú también enviaron sus representantes: Charcas, Cochabamba, Tupiza y Mizque. Los diputados eran los representantes de mayor valía que poseía cada provincia, hombres probos y estudiosos, clérigos y abogados en su mayoría, que cursaron estudios en las prestigiosas universidades de la época, las de Córdoba, Charcas, Santiago de Chile o Lima.

El día 25 de julio de 1816, en presencia del gobernador de Tucumán don Bernabé Aráoz, las tropas presentaron las armas, “en medio de vivas y aclamaciones que explicaban las dulces emociones que causaba en el corazón de todos los ciudadanos un acontecimiento capaz, él sólo, de borrar los tristes efectos de las pasadas desgracias y dar nueva vida a nuestras esperanzas”, consigna este escrito firmado por el redactor del Congreso.

El espíritu patrio reinaba por doquier, la algarabía y el júbilo imperaban en los ánimos del pueblo a pesar del difícil contexto político, las esperanzas henchían el corazón de los habitantes de las Provincias Unidas. Durante los cinco días subsiguientes, la ciudad de Tucumán fue iluminada “de forma modesta y humilde, como podían hacerlo en aquel tiempo nuestros pueblos, que no conocían otro alumbrado que el que se obtenía de las velas de sebo”, afirmaba Ávila.

Glorioso día 9 de julio de 1816

Fue en este día, bajo la presidencia de Francisco Narciso de Laprida, representante de San Juan, y ante la expectativa general de un pueblo que clamaba la libertad en las galerías y proximidades del salón de debates (hoy conocido como Salón de la Jura), cuando el Congreso declaró solemnemente “a la faz de la tierra que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueran despojados , e investirse del alto carácter de nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. […]” (Acta de la sesión del 9 de julio de 1816).

El 21 de julio se llevó a cabo la jura de la declaración de independencia, cuya fórmula había sufrido una ligera modificación, dada la inminencia de una invasión portuguesa, agregándosele a la expresión “independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli” la frase “y de toda dominación extranjera”, evitando así el Congreso toda sospecha de implicancia en la invasión. Las palabras del eminente político, historiador y educador riojano Joaquín V. González: “Es justo decir que el Congreso de Tucumán ha sido la asamblea más nacional, más argentina y más representativa que haya existido jamás en nuestra historia”, refrendan un capítulo trascendental dentro de nuestro latir patriótico, hoy y siempre.

Por Carolina Mena Saravia para Voces Críticas

 

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