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PATRIMONIO CULTURAL DE SALTA EN PELIGRO

Salta al rescate: salvemos el edificio histórico de la vieja Escuela Mariano Cabezón

En una jugosa entrevista, el profesor Ricardo Pérez explica la situación crítica en la que se halla la propiedad emplazada en la esquina de Alberdi y San Juan

Edificio Escuela Mariano Cabezón
miércoles 21 de octubre de 2020

SALTA (Por María Carolina Mena Saravia) El patrimonio arquitectónico forma parte de la identidad y la esencia misma de los lugares. “Al final las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual”, dice la letra de una conocida canción, aunque en Salta, la ciudad que está próxima a ser declarada Ciudad Histórica por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, esta parece ser, en ciertos casos, una materia pendiente. Es lo que sucede con el edificio histórico de la vieja Escuela Mariano Cabezón, hoy convertido en símbolo de la desidia cultural.

En la esquina de las calles Alberdi y San Juan se yergue una antigua propiedad del siglo XVIII que, con la casa contigua del siglo XIX, conforma un importante conjunto arquitectónico propio de la Salta de ayer.

El entorno fluye sin impedimentos y compone una mixtura perfecta con su vecina del frente, la iglesia de la Viña, cerrando un círculo virtuoso con acabado sincretismo estético. Es posible que, cerrando los ojos, podamos sentir el paso de los caballos repicando a punta de herradura en el empedrado de la entonces calle Libertad.

Un pedazo de historia en pleno centro de Salta

“Es muy importante el conjunto, desde el punto de vista de la arquitectura, desde el punto de vista de la antigüedad, de la educación popular también. Si bien la casona cumplió su ciclo como edificio escolar, hoy podría dársele otra utilidad, dentro siempre de la materia cultural”, explica Ricardo Pérez, docente y técnico universitario en Desarrollo Turístico, licenciado en Geografía con especialidad en geografía cultural.  

“La casa de la esquina es del siglo XVIII. Los autores de bibliografía de arquitectura y de la historia, como por ejemplo Miguel Solá, en su libro ‘Arquitectura colonial de Salta’, y Álvarez Tamayo hacen referencia a ella como de esa época”. Para comprender el contexto es necesario retrotraerse en el tiempo, entendiendo que la zona de emplazamiento estaba alejada de los centros donde se desarrollaba la vida cotidiana.

“Fue entonces cuando compra la manzana el guerrero de la independencia, el teniente coronel Gregorio Romero González, que va a actuar con el general Güemes. Al tiempo dona el predio donde se construirá la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria de la Viña”, detalla, recordando que en el lugar donde hoy está la sacristía se encontraba la ermita del Justo Juez, imagen devocional muy cara a los afectos de la familia Güemes. Además, se refiere a una “pequeña casita” situada al lado de la iglesia como el edificio que una vez albergó a la primera panadería de Salta, fundada por el propio Romero González, que a la sazón habitaba en las inmediaciones, más precisamente en Alberdi y Mendoza, en una importante edificación.

Antiguos moradores de la casona

“La casa estaba habitada en sus orígenes por Francisco Centeno, nacido en 1816, casado con una descendiente de Puch y de Manuel Alemán, guerrero de la independencia en la época de Güemes”, afirma el profesor Ricardo Pérez. Uno de sus ocho hijos, también llamado Francisco, cumplió destacada actuación en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación, con un gran aporte en la autoría de libros, relatos biográficos, y es especialmente recordado por su libro “Virutas históricas (1810-1928)”.

La historia de la casa continúa con la “instalación de un lazareto en la época de la epidemia de cólera y luego va a tener una función netamente escolar con el establecimiento de la Escuela Mariano Cabezón”, en la órbita del curato de La Candelaria como una de las cuatro escuelas fiscales que había en Salta para esa época, donde era conocida la hoy calle Alberdi como “calle de la Libertad en la Banda”, sitúa el profesor Pérez, aclarando que esa referencia es directa a “la banda del río, porque por ahí pasaba el río Primero o de los Sauces”.

Además de la familia Centeno, podemos citar como vecinos destacados a la familia Arce y más tarde a la familia Cabezón, conformada por ilustres educadores, “tanto el abuelo, como el hijo, Mariano Cabezón, y sus hermanas, no solo en Argentina sino en Chile, Perú y Bolivia con la fundación de colegios, incluso en Flores, Buenos Aires, hay un colegio que lleva el nombre Familia Cabezón”, cuenta Ricardo Pérez con un inefable estilo docente.

Otra vida como establecimiento educativo

La Escuela Mariano Cabezón funcionó en la casona de Alberdi esquina San Juan hasta el año 1963 en el que se trasladó a su nuevo edificio, aunque continuaron en el lugar la Escuela Presidente José Evaristo Uriburu y un establecimiento para adultos. En 2006 esta se traslada, y paulatinamente fueron desapareciendo los últimos talleres. 

"Hoy en día y desde hace casi 15 años tiene un cartel colgado en uno de sus balcones dando cuenta de las 'obras' anunciadas y nunca realizadas para su refacción, fechado en 2006 o sea que esas casonas son monumentos vivos al abandono a pesar de su riqueza arquitectónica y su valor histórico", consigna el profesor Pérez en su cuenta de Facebook.

El agravante en el abandono se acrecienta con el hecho de que las puertas y ventanas permanecen abiertas, permitiendo el ingreso de las palomas que, no pudiéndose asentar en el edificio de la iglesia de la Viña porque tiene pinchos, hacen sus nidos en el interior de la vivienda.

Junto a la imponencia del edificio eclesial, estos inmuebles, que son dos unidades separadas pero conforman un solo catastro, constituyen uno de los archipiélagos más importantes del Proyecto Salta Ciudad Histórica Nacional, que está a la espera de la firma del decreto presidencial y que ya cuenta con dictamen favorable de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.

El mensaje transmitido por el profesor Ricardo Pérez tuvo amplia repercusión en las redes sociales. Un llamado a la solidaridad en un abrazo virtual frente a la propiedad engloba el sentimiento de miles de salteños que buscan evitar la ruina de un edificio que es parte de ejido urbano salteño.

Salta recibirá con honra la mención de Ciudad Histórica, pero como dice el refrán “No basta ser sino parecer”. Como salteños es nuestro deber querer, cuidar y proteger nuestro patrimonio, evitando que la desidia cubra con su oscuro manto una época dorada de nuestra historia.

 

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