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POR ERNESTO BISCEGLIA PARA VOCES CRÍTICAS

Jujeños, bolivianos… altoperuanos: la síntesis que dio origen a la Patria

Para Belgrano, la lucha contra el realista era una gesta de pueblos hermanos y sin distinción de clases sociales...

Jujeños, bolivianos… altoperuanos: la síntesis que dio origen a la Patria
miércoles 19 de febrero de 2020

SALTA.- (Por Ernesto Bisceglia para Voces Críticas) La reciente declaración de una periodista –y apoyada por un actor decadente- quien segregó el territorio nacional adosando la provincia de Jujuy a la vecina Plurinacional República de Bolivia, más allá de una desafortunada expresión trasunta un ánimo desdeñoso hacia jujeños y bolivianos, que revela un preconcepto que subyace en buena parte del imaginario colectivo argentino.

Platón sostenía que el hombre no es malo por naturaleza sino porque no conoce. Y debe reconocerse que en el periodismo argentino y local la erudición académica no es generosa precisamente. De modo que sirve este irreverente episodio de la informadora porteña para asociarlo a la fecha patria en que se conmemora el 20 de Febrero de 1813 y echar luz sobre los orígenes comunes que tenemos salto-jujeños y altoperuanos que en conjunto formaron los Ejércitos de la Patria.

Elementos de ambos pueblos concurrieron en las filas del General Manuel Belgrano y por supuesto, en las milicias gauchas del General Martín Miguel de Güemes, en un entramado de hechos militares y cuestiones sociales donde actuaron colectivos socioculturales disímiles. Así, la Guerra de la Independencia observada desde un punto de vista sociológico constituye una experiencia única que supo unir a los jóvenes del patriciado, al peón rural, al gaucho y al aborigen, que ameritan hoy la revisión de esa historia común a todos los pueblos de la región.

En la Batalla del 20 de Febrero de 1813 formaron tropas que provenían del Alto Perú, derrotadas en Huaqui y engrosadas con soldados sumados durante esa epopeya popular que fue el Éxodo Jujeño más el aporte de salteños y tucumanos. Este conglomerado social no era atractivo para ser reflejado por la historia unitaria que no podía aceptar identidades “diferentes”, provocando que ese pasado glorioso fuera desgajado del imaginario colectivo argentino en las aulas. 

Otro tanto pasó con la historiografía boliviana que tomó aquello que más convenía a su discurso perdiéndose así la posibilidad de construir una historia de conjunto que sellara para los tiempos la idea de pasado común y de hermandad sudamericana.

El General Belgrano tuvo esa conciencia sudamericana, no quizás en los mismos términos que el General San Martín quien veía una unidad política. Belgrano se compadecía más con una mirada sublimada por la exégesis profética, una de las razones por las que haría publicar en Londres la más costosa edición de la obra del jesuita chileno Miguel Lacunza y prohibida por la Iglesia Católica “La Segunda Venida del Mesías en Gloria y Majestad”, que insinúa el advenimiento de la Parusía en estas tierras.

Se comprueba esta comprensión de territorialidad e identidad común de Manuel Belgrano cuando en la sesión secreta del 6 de Julio de 1816 le propone a los congresales en Tucumán la idea de una monarquía atemperada con base en un descendiente del Inca. Es decir, para Belgrano, la lucha contra el realista era una gesta de pueblos hermanos y sin distinción de clases sociales.

Siglos antes, el Collasuyo fue la Región común de todos nuestros pueblos originarios en tiempos del incanato y cuando la Ordenanza de 1782 divide el Virreinato del Río de la Plata en intendencias, éstas comprendían un territorio que avanzaba dentro de la actual Bolivia. Oruro, Potosí, Cochabamba y el actual territorio de Tarija. El Movimiento de Mayo de 1810 creó las Provincias Unidas del Río de la Plata y ese territorio que el Camino Real enhebraba iba desde Tupiza, Oruro, Potosí, Cochabamba hasta La Paz, pasando obviamente por Jujuy  y Salta.

La historiografía mitrista nunca consideró a la Región como unidad de análisis perdiéndose  el sentido de los estrechos lazos económicos y socioculturales que nos unen a ambos pueblos, a más de haber sido todo este territorio el escenario más dinámico y complejo donde se dieron por quince años los principales hechos de armas que resultaron en la Independencia.

Aquel Ejército del Norte estaba integrado por pardos y morenos, criollos y españoles incluso, es decir, salto-jujeños y altoperuanos, que lucharon juntos bajo una misma Bandera, esa que nació en Salta el 13 de Febrero –una semana antes- en el Río Pasaje, luego llamado Juramento; todos unidos por un mismo y férreo objetivo, la Libertad de la Sudamérica, cuya suerte a favor de los locales selló el General Manuel Belgrano en la Batalla de Salta del 20 de Febrero de 1813.

Por Ernesto Bisceglia para Voces Críticas

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