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La planta de los cien productos: el maguey, agave, pita o metl

Maguey, divino tesoro, es casi la esencia herbácea del mismísimo pueblo mexicano; un recorrido fugaz por los mil usos de este noble cardo nos adentra en el siglo XVI en un abrir de página

Agave
lunes 24 de agosto de 2020

ARGENTINA (Por Gladys A. Coviello) Del árbol cardo llamado maguey, y de muchas cosas que de él se hacen, así de comer como de beber, calzar y vestir, y de sus propiedades”. Historia de los indios de Nueva España

Fray Toribio de Benavente, el cronista de Indias y primer etnógrafo del mundo azteca, cambió su apellido por el que le ponían los aborígenes: Motolinía (el pobrecito) al ver el estado de pobreza extrema con que el franciscano predicaba. Alrededor de 1530 aprendió el nahual a través del buen trato que tenía con los indios y fueron ellos quienes le informaron sobre las numerosas virtudes del metl o maguey.

Los agaves, palabra derivada del griego que significa “admirables”, llegaron desde México hasta España en el siglo XVI y se extendieron rápidamente por las costas mediterráneas porque se desarrollaban a gusto en los climas cálidos y secos. Es habitual encontrarlos en muchas zonas de nuestro país.

Estos vegetales nacieron hace más de 12 millones de años y existen  260 variedades de ellos. Los ejemplares más vistosos tienen bandas verticales amarillas que bordean el fondo verde de la hoja. Necesitan mucho espacio para lucir en plenitud su belleza. Están los de pencas grises-azuladas, agaves famosos por producir la bebida originaria del poblado mexicano de Tequila que da nombre a la bebida.

La planta, de lento crecimiento, es una gran roseta basal. Tiene 30 o 40 pencas carnosas ubicadas en espiral que parecieran nacer directamente desde el terreno con bordes espinosos y terminados en aguijones. La madurez del maguey se da luego de 8 años y  florece, en un tallo central que puede alcanzar los 10 metros de altura, con flores tubulares pequeñas. Con  él, los nativos fabrican un  instrumento o trompeta llamada quiote.

Otra forma de aprovechar al maguey consiste en cortar el cogollo con 5 o 6 puntas tiernas y cavar. Los nativos hacen una concavidad grande como una olla de donde extraen el licor: aguamiel como bebida o para elaborar panes de azúcar, miel, vinagre y arrope. Además, hervido produce vino dulce.

Del agave o maguey se prepara el pulque, el mezcal y el tequila, bebidas de elevado grado alcohólico.

De algunas plantas tiernas de color verde se comen las pencas cocidas que tienen sabor a limón. Al masticar las hojas crudas quitan la sed.

En las raíces se crían gusanos blancos del tamaño de un dedo: tostados tienen buen sabor.

Los nativos aprovechan las púas pequeñas con la fibra a modo de hilo y aguja para coser. Fabrican mantas, capas y calzados; elabora cordeles, maromas y cinchas.

Las púas son tan  fuertes y que sirven como clavos, otras menores son usadas como tachuelas.

Con las  pencas gruesas fabrican recipientes para guardar el maíz molido. Usan las hojas verdes a modo de tejas para cubrir los techos .

Las pencas secas sirven para iluminar, luego con sus cenizas  preparan lavandina.

La importancia de la escritura mexica del náhualt basada en silabarios, rebuses, pictogramas e ideogramas se hacía con tintas de colores sobre papel de maguey.

Actualmente del agave se obtienen medicinas depurativas y diuréticas. En México es tradición preparar remedios para enfermedades infecciosas, ictericia, trastornos digestivos y hepatitis.

Estas son algunas de las numerosas virtudes de la planta de los cien productos difundidos a través de las crónicas de este sabio y humilde cronista fray Toribio de Benavente que conquistó a los mexicanos con su piedad.

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