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CUANDO LA SUERTE TE ACOMPAÑA

Millonario al toque: pinchó, paró y compró un billete de lotería, ¡y ganó!

Cuando la suerte te acompaña, no hay más que decir, es caprichosa pero dulce como el azúcar; conocé lo que pasó con el fugaz comprador de lotería

Lotería
lunes 10 de agosto de 2020

ESTADOS UNIDOS (Redacción Voces Críticas) No hay caso, cuando la suerte te acompaña no hay vuelta atrás. Eso fue lo que le sucedió a un hombre que pinchó goma, paró, compró un  billete de lotería… ¡y ganó! Millonario al toque.

Pinchó, paró y compró un billete de lotería, ¡y ganó! Así como el general romano Julio César en la victoria en la batalla de Zela, contra Farnaces II, rey del Ponto, cuando pronunció su famoso “Veni, vidi, vici” ('vine, vi, vencí'), así de fácil y de inmediato.

La suerte es caprichosa, así como también lo es la desgracia, atacan parejo sin discriminar el blanco. Si te toca la primera, ¡bienvenida sea! Pero si te llega en suerte la segunda, ¡agrarráte! En este caso el billete de lotería es el pasaje para ser millonario en un abrir y cerrar de ojos.

El factor en cuestión fue una goma desinflada, y el ciudadano de la ciudad de Ionia, Michigan, obtuvo la posibilidad de ser millonario gracias a una vulgar pinchadura.

¿Qué pasó? Venía muy tranquilo el hombre en cuestión, y al ver la rueda disminuida paró en una estación de servicio para solucionar el problema. En la espera compra algo para comer en el establecimiento y de paso un número de la lotería, señala el Michigan Lotery.

¡Zas! Eso fue todo, así de simple, y la lotería fue su hada madrina porque se hizo acreedor del millón de dólares, el primer premio del sorteo.

Al ver el billete de lotería, lo raspó y vio el número ganador. Ante la sorpresa, olvidó “comer el bocadillo que había comprado”, declaró a los medios de prensa estadounidenses.

La forma de pago que eligió fue percibir directamente un monto de 643.000 dólares, pero efectivizados en un solo pago, contra la otra forma estipulada que consiste en la liquidación del millón de pesos pero de forma escalonada, en cuotas.

Lo de siempre, este cuento de hadas termina en que saldará sus deudas, ayudará a familiares y guardará para su futuro como resguardo. ¡Envidiosos, abstenerse!

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