Una peluquera casi pierde un ojo por una infección mortal: ¡¡la causó algo tan inofensivo!!

MUNDO.- (Redacción Voces Críticas) Una peluquera de San Diego, Estados Unidos llamada Lyndsey Burkank casi pierde por completo un ojo por algo que nadie hasta el momento podía pensar que esto pudiera sucederle a alguien. La joven contrajo una infección mortal, la que se "pescó" tras cortarle el pelo a un cliente, tarea que realizaba siempre en un día laboral.

¿Que ocurrió e realidad? La peluquera se astilló la piel con un pelo que quedó atrapado en su párpado y para sacarlo de ahí tomó una pinzas, sin prever lo que vendría después. Al día siguiente, Lyndsey descubrió horrorizada  que el área afectada se había hinchado y tenía una protuberancia roja.

Respecto a esto dijo, la peluquera: “He experimentado astillas de cabello antes, generalmente todos los días en el trabajo. Siempre fueron más suaves, pero con este, en particular, sentí una punzada en el párpado. Vi el pelo astillado y lo quité con unas pinzas como lo había hecho en el pasado”, dijo impactada. 

Es así como la joven peluquera, de 36 años, notó que su ojo empeoraba y se preocupó: empezó a perder la vista debido a la hinchazón y el dolor. Desde el hospital, más precisamente desde urgencias la enviaron a su casa con un tratamiento de antibióticos, sin imaginar que todo esto se volvería en una infección mortal.

Como no veía mejoras, al cuarto día, la norteamericana visitó otra hospital y allí lograron salvarle el ojo. Lentamente, la joven se ha ido recuperando. A un mes después de la tremenda experiencia y con una pequeña cicatriz en el ojo, cuenta al periódico The Sun, lo qué pasó.

“Dijeron que parecía una infección por estafilococos. El cirujano me dijo que tendrían que abrirlo. Expresó que si no podían controlarlo, podría perder mi ojo. Me hicieron el procedimiento junto a la cama, sin anestesia general y estuve despierta todo el tiempo”, dijo en diálogo con The Sun. 

Sin perder tiempo y tras  enterarse de que podría ser una infección mortal, Lyndsey se sometió a la intervención y expresó que el médico solo adormeció el área afectada, por lo que ella sintió todo lo que le hicieron. 

Asimismo, dijo que “Dejó la incisión abierta para que la infección pudiera drenar. Al día siguiente, pude sentir dolor en el cuello y la oreja. Cuando entró el médico, estuvo de acuerdo en que estaba empeorando”, relató la joven.

Luego de que el procedimiento pareciera no dar resultado, la mujer fue trasladada a una habitación privada, donde le señalaron que se trataba de una infección por MRSA. “Fui a cirugía nuevamente, pero esta vez bajo anestesia general. El médico hizo una incisión más grande y la dejó abierta”, añadió.

Un par de días siguientes la peluquera fue llevada otra vez a cirugía, en esta ocasión el especialista le limpió la mayor cantidad posible de tejido y parecía estar funcionando. Por fortuna, Lyndsey tuvo una recuperación exitosa, sin ningún daño duradero.

“El MRSA desapareció y el punto de incisión ahora está un poco sensible. Mi ojo no tiene daños, pero mi párpado tiene una cicatriz nudosa. dijo la peluquera aliviada.