El COVID-19 se hace un festín en Salta: denuncian fiestas clandestinas en conocidos locales del centro

SALTA (Redacción Voces Críticas) Es sabido por todos que, durante las últimas semanas los casos positivos de coronavirus han ido aumentando de manera considerable y preocupante en nuestra provincia de Salta. Bajo este contexto, un grupo de vecinos enojados e indignados denuncian la realización de fiestas clandestinas en conocidos locales del centro.

Como todos sabemos, una de las restricciones impuestas por el Gobierno provincial implica que solo se pueda circular libremente hasta las 2 de la madrugada, sin embargo esto no sería impedimento para que se realicen fiestas clandestinas pasado el horario establecido, con importantes aglomeraciones en conocidos locales del centro salteño.

¿Cuáles son los locales devenidos en "boliches"?

Según explicaron los habitantes de esa zona, el cuadrante en el que se desarrollan estos encuentros ilegales que son conocidos popularmente como "afters", es el que comprende a las calles Islas Malvinas, Urquiza, Avenida San Martín y Avenida Jujuy. Se trataría de una suerte de "polo nocturno" donde la gente se aglomera sin importarles nada por la cantidad de bares que se instalaron allí.

Uno de los vecinos en diálogo con medios radiales de Salta, manifestó que cada vez los protocolos de bioseguridad son menos frecuentes entre las personas que asisten a esos lugares. Pues asegura que el uso de barbijos es nulo, el distanciamiento social no existe y puede verse a los comensales bailando entre mesa y mesa.

Nadie hace nada

Con respecto a esta terrible irregularidad, otra persona que vive en cercanías a estos lugares, aseveró que en incontables veces realizaron llamados al Sistema de Emergencias 911 alertando sobre la situación a altas horas de la madrugada. Sin embargo los locales continúan funcionando como si nada hubiera ocurrido.

Por si esto no fuera suficientemente escandaloso, el vecino explicó que también radicaron denuncias frente a las comisarías cercanas a la zona, pero los uniformados tampoco habrían tomado cartas sobre el asunto y las fiestas a puertas cerradas son un hecho que nadie pareciera desbaratar.

Imagen ilustrativa de la zona en cuestión: