Última hora

HISTORIAS SALTEÑAS

¡Llegando está el carnaval!: Los Toykas y su larga tradición

Rumbo al carnaval, chicha y aloja dan rienda suelta a la diversión

¡Llegando está el carnaval!: Los Toykas y su larga tradición
Por Redacción Voces Críticas
miércoles 13 de febrero de 2019

SALTA.- Santiago Hoyos recuerda con nostalgia aquellos años felices en que su alma de niño se fundía con la de su padre, acontecimiento que sucedía solo una vez al año, en los días de carnaval donde la alegría y el jolgorio agotaban en escasas tres jornadas casi un año de ensayos, sacrificios, satisfacciones y por qué no alguna que otra rencilla interna provocada en el seno de su otra familia, la de la comparsa Los Toykas. “Nosotros nacimos en 1965 con el nombre de Águila Blanca, en ese tiempo era cacique mi viejo, que ya falleció”, explica Santiago. Por aquellos tiempos se acostumbraba cambiar de nombre todos los años, pero fue su padre el que decidió quedarse con el que actualmente tienen.

Tan solo ocho personas formaron el tribunal que eligió al papá de Santiago como el primer cacique. “En el primer año sacaron cuatro premios, de entre catorce comparsas; después sacaron el segundo premio. Fue una locura porque eran agrupaciones chicas, allí comenzó este sueño”, relata con orgullo. Siguieron pasando los años y alrededor de 1986 decidieron incorporar a la mujer como cajera. “Adoptamos la modalidad de hacer sonar la caja entre las piernas, hicimos tumbadoras gigantes, gorros inmensos de cuatro o cinco metros montados, imposibles de ser llevados por una sola persona, se necesitan a veces hasta cinco integrantes para cargarlos”.

El número de participantes varía año a año, y llegaron a tener hasta trescientos integrantes en otros tiempos. “Es lindo porque pasa de generación en generación. Ahora están saliendo los nietos, también bailan familias enteras. Se hicieron un montón de parejas acá en la comparsa, hoy salen sus hijos, y aunque no vivan en Salta vienen de vacaciones solo para el corso”, explica el cacique. Su orgullo llega al súmmum cuando menciona a Alemania como uno de los destinos emprendidos por Los Toykas. “No solamente ahí fuimos, viajamos a España, Perú, Bolivia, Chile y también a Cosquín, además trabajamos de la mano de Fuerza Bruta para el espectáculo del bicentenario”.

No rehúyen a trabajar, Santiago cuenta que fueron los únicos en llegar tan lejos y que colaboran con los pueblos originarios, matacos, wichis y poblaciones del norte argentino, pero lamenta que por la situación económica perdieran la posibilidad de emprender un viaje a Canadá, que se venía gestando con toda fuerza. “La gente se va renovando, actualmente somos alrededor de 150 personas. Estamos pasando una situación difícil en el país, y muchos no pueden venir a Salta, poner plata, algunos ya tienen familia y hay prioridades. Nosotros como institución tratamos de ayudar a la mayoría”, explica.

Los preparativos para el corso siguiente comienzan uno o dos meses después de terminado el carnaval. Sus mentes inquietas no descansan, sus manos tampoco, y dan rienda suelta a la búsqueda de los preciados y costosos materiales: plumas, lentejuelas, brillos y bordados forman el caleidoscopio gigante en el cual desempeñan los sofisticados números de bailes y acrobacias. Dicen que los artistas se alimentan del aplauso de su público, y en este caso no hay excepción alguna. Nada mejor que el reconocimiento del pueblo para pagar lo que un año de sacrificios demandó.

Se trata de una pasión, un trabajo, una tradición. Porque cada uno tiene su propia ocupación, pero al terminar la jornada se reúnen para realizar los nuevos trajes y planear el próximo espectáculo. “Después del mes de septiembre comenzamos con los ensayos en villa Lavalle, en la calle”. Allí reciben el calor de los vecinos, que se congregan en las veredas para disfrutar de este espectáculo diario. “A las cosas que no utilizamos las vamos regalando a las comparsas más chicas”, dice Santiago, demostrando que la solidaridad está siempre presente en sus vidas. El trabajo sigue su rumbo y se extiende a la elección del motivo central que debe ser estudiado a conciencia y con rigor.

Se acerca el carnaval, la ansiedad por deshojar el almanaque late con más fuerza en sus corazones a la espera de la llegada de los anhelados tres días, en los que el desenfreno y la diversión se abren paso, jubilosos, buscando apoderarse de espíritus ruidosos al compás de los sopores  que adormecen las conciencias. Son solo tres días, pero para los amantes del carnaval, con toda seguridad, seguirán siendo la vida entera.

Por Carolina Mena Saravia 

 

 

 

 

SEGUÍ LEYENDO
Últimas noticias
MÁS LEÍDAS