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HISTORIAS SALTEÑAS

'Ya va llorando lágrimas de sangre 42 veces”, impresionante manifestación de la Virgen María

En el día de ayer la Virgen de Metán lloró sangre nuevamente. VIDEO Y FOTOS

'Ya va llorando lágrimas de sangre 42 veces”, impresionante manifestación de la Virgen María

SALTA.- ¡La Virgen María llora sangre! ¡Dicen que hay una imagen de la Virgen que llora sangre!, se escuchaba primero tímidamente en la ciudad de Metán, pero a medida que transcurrían los minutos el rumor cobró fuerza y la gente acudía para ver este fenómeno. Era el año 2018 y familias enteras, enfermos, crédulos e incrédulos se daban cita para rezar el rosario, sacar fotos y aferrarse a esta manifestación de la Santa Madre.

Se trata de la advocación conocida como Rosa Mística, una devoción que comenzó en 1947 en Montichiari, pequeña ciudad al norte de Italia, al pie de los Alpes italianos, cuando se apareció a Pierina Gilli, una enfermera que trabajaba en el hospital local. La Virgen con su manto color natural resalta por tener tres rosas enganchadas en su pecho: una blanca, otra roja y la tercera, dorada.

 

La imagen llegó a manos de Rossana Mendoza Frías a través de su marido que la recibió el año pasado de un integrante de la Legión de María. “Nadie la podía tener, entonces mi marido le rezó y se la devolvió porque el 13 de febrero es la fiesta de ella. El 12 de febrero lloró de nuevo a las 2:50”, afirma Rossana con certeza absoluta. Explica que “ya va llorando lágrimas de sangre 42 veces”, que le tomaron muestras pero se trata de un “proceso lento, no es de hoy para mañana”, y también se constató que la imagen de la Virgen “no tiene orificios”.

“Nosotros seguimos caminando a la par de Ella. Así fueron ocurriendo los milagros”, continúa Rossana. Inmersa en la historia, relata que una “chica de Salta que tenía esclerosis múltiple” se enteró por Facebook de la existencia de la imagen y acudió en su ayuda. A la semana siguiente volvió a Metán contando que se sentía reconfortada, y al mes y medio ya “estaba completamente curada”.

“La Virgen curó a la esposa de un ex combatiente de Malvinas que tenía un tumor de ocho centímetros, vive en Metán y cuando volvió a Córdoba para operarse ya no tenía más el tumor. Acá se estuvo rezando todos los días”, remata Rossana entre ensordecedores ladridos de sus perros que parecieran querer reforzar el relato de su ama.

La primera manifestación sucedió el 5 de abril a las 8:15 y a partir de ese momento continuó haciéndolo, no solamente los días 13, que es el día de la Rosa Mística. “El padre Gustavo Paredes me comentó que el Arzobispado de Salta ya está enterado de esto”, pero explica que se trata de un proceso largo. Hoy se la venera en un salón que acondicionaron en la casa de familia, ornamentado con los colores de las rosas que la Virgen tiene en su pecho. En el lugar hay referencias a otra manifestación ocurrida en Metán, la del “Cristo del mosaico”.

Justamente en el pueblo se la conoce como “María Rosa Mística, la Virgen que llora sangre”.  Por la cantidad de visitas que recibía, tuvieron que trasladarla desde la calle José Hernández, donde comenzaron las manifestaciones, a la gruta de la casa de la suegra de Rossana y actualmente se encuentra en la calle San Lorenzo. “Llegaron a visitarla 7.000 personas”, recuerda, “pasan de a tres o de a dos, todos hacen caso para mantener el orden”.

En tono íntimo, Rossana cuenta que su madre le confió oportunamente el secreto sobre su “nacimiento en manto”, ese halo de misterio que la creencia popular atribuye a quienes llegan a este mundo envueltos en su membrana y a veces también en la placenta, lo que auguraría  múltiples gracias durante la vida terrena. Es tal vez por ello que Rossana presiente cuando la Virgen va a llorar y una tristeza sin explicación estruja su corazón.

Rossana vivió su niñez marcada por carencias y sacrificios. “Había veces que no sabíamos si tenías para comer, había días que comíamos y otras veces no, mi papá hasta dejaba de comer para darnos a nosotros”, recuerda al borde del llanto. Esa estrechez se asimila a la vida de la Virgen María, la corredentora, aquella que vivió con su hijo Jesús la alegría de ser madre y el inmenso dolor de las espadas que atravesaron su corazón, las mismas que vaticinara María Rosa Mística, cuando se apareció por primera vez a Pierina Gilli en la sala del hospital y de sus labios se escuchó: “Oración, penitencia y reparación".

Por Carolina Mena Saravia para Voces Críticas

 

 

 

 

 

 

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